La ley de las armas
"Kelly es un gángster de más bien poca monta, que siempre hace lo que le ordena su novia, verdadero cerebro de la banda que forman junto a otros hombres.
Se dedican a robar bancos y casi siempre sale bien.
Kelly siempre va armado con una gran metralleta, por lo que la policía le acaba apodando "Metralleta Kelly".
Un día un simple golpe sale mal a causa del impresionante miedo de Kelly a la muerte, viendo ese día, justo antes de meterse al banco, un ataúd. Eso hace que todo salga mal.
Desde ese día, algunos de sus antiguos colaboradores juran matarle.
Kelly deja de robar bancos y planifica un rapto: la pequeña hija de un hombre acaudalado".
Modesto pero efectivo film de Roger Corman, como siempre en aquellos años, de poco presupuesto, aunque algo imaginativo.
Con estimables intérpretes secundarios en aquella época, con Charles Bronson de protagonista, algo inusitado hasta entonces, y Susan Cabot, muy competente en su papel, Corman logra, gracias sobre todo a sus buenas escenas de acción, una película digna y honesta de genuino género negro.
Toma como punto de partida a un criminal que existió en la realidad, aunque los hechos narrados jamás ocurrieron.
Y ello se nota, sobre todo en el final de la cinta, que resulta un tanto decepcionante, muy simple y soso.
Pero hasta entonces la peli está bien en su modestia. Tan solo pretende entretener y lo logra de sobra.