El curioso caso de Benjamin Button
La pelí es grande, de esas que vale la pena ver en el cine. Pero también es un poco larga en sus casi tres horas. De haber cortado un par de escenas habrían logrado que la experiencia no se sintiera diluida.
Basado en un cuento de Scott Fitzgerald narra la vida, toda la vida, de un bebe que nace viejo y su cuerpo se vuelve joven con los años mientras psíquicamente crece. Mostrando el contraste de una mente joven en un cuerpo anciano y lo contrario. El recorrido de la vida de Benjamín se hace mirando al pasado a través de su propio diario mientras una madre agoniza junto a su hija en el presente de esta trama. Pero esta relación y situación falla en su contraste con la historia de la vida pasada.
Aún así, cuando la película se sumerge en los colores quemados de la nostalgia y muchos efectos especiales matizados en una historia mágica llena de personajes maravillosos. Notablemente Cate Blanchet y Tilda Swinton.
Blanchet encarna el espíritu libre que es objeto de amor y envejece noblemente. En cambio Swinton es una amante de un momento que no deja de ser grave y dejar huella recordada casi igual que una diva de Hollywood en los años dorados.
New Orleans es un escenario sublime para una historia que en el fondo va sobre la poca misericordia que tiene el pasar del tiempo. Es una suerte que David Fincher apuntara su mirada así allí después de Zodiac.