Mucho ruido y las mismas nueces de siempre.
Babylon
Luego del film de terror Gothika, el actor y director francés Mathieu Kassovitz vuelve a ponerse a la cabeza de un film americano, en este caso una superproducción con enorme despliegue y pocas ideas. Babylon no es más que otro thriller de ciencia ficción multinacional y rimbombante. La maniquea trama de clima apocalíptico, con mesianismo incluido, dirime la cuestión en una lucha entre ciencia y fe. El personaje de Aurora es una criatura creada por la ciencia pero aprovechada por una orden religiosa que impera en América. Sí, esto podría haber sido explotado en un producto más interesante, pero este no es el caso. La película se queda en las explosiones y escenas de acción, jugadas por Vin Diesel, en un personaje que le calza como anillo al dedo. Toorop, el guardaespaldas de la joven Aurora, no le demanda más de lo que puede dar. Apenas su rostro siempre impertérrito y el despliegue corporal propio de cualquier héroe de acción. Claro que a Diesel le faltan años y kilómetros para asemejarse a un Bruce Willis, aquí cumple con lo que se necesita, y Toorop no parece necesitar demasiado. Charlotte Rampling mete miedo con su papel de la malvada líder religiosa, en la elección de cast más extraña e interesante, Michelle Yeoh acompaña desde un secundario con el que fácilmente consigue pasarle el trapo a Diesel y Gérard Depardieu se encuentra ante uno de los papeles más ridículos de toda su carrera, y al no saber si tomárselo en serio o no, queda a mitad de camino entre la interpretación y la caricatura. El resto, mucho ruido y las mismas nueces de siempre.