Como los demás
Hay películas cuyo principal y único objetivo es el exponer a la sociedad un tema candente, incómodo de tratar para precisamente generar un debate público e intentar remover y agitar las conciencias de los ciudadanos. Sin duda, es una loable meta llevar el arte cinematográfico al terreno social, pero el gran problema de muchas de estas cintas es que en su concepción acaba pesando más el mensaje que el arte.
Un buen ejemplo de ello es la francesa Como los Demás, una película que si ha visto la luz en nuestro país es gracias al protagonismo de Pilar López de Ayala, ya que el tema que aborda es un tema resuelto en nuestra sociedad, al menos desde la perspectiva del marco legal, aunque ciertos sectores mantengan su firme oposición a dar cabida en el ordenamiento jurídico a los nuevos modelos de familia. Como decía el entrañable Moustache a Nestor Patou, pero esa es otra historia. Más allá de su mensaje social (que agradecerán los que compartan esa ideología mientras que escandalizará a los sectores contrarios a ella), Como los Demás es una película mediocre, con una historia endeble y previsible y unos personajes que son meros arquetipos acartonados, sin desarrollo ni evolución. Hay escenas repetitivas, mientras que otras, supuestamente graciosas, sólo consiguen hacer sonrojar al respetable. El film transita sin motivo ni razón de la comedia o comedia romántica al melodrama más pueril y vulgar para acabar regresando a la comedia en su recta final. Los actores cumplen en líneas generales, aunque el trabajo de Pilar López de Ayala no será recordado entre sus mejores interpretaciones.
Como los Demás es una película apta únicamente para aquellos espectadores a los que les interese más el mensaje y los planteamientos que la obra cinematográfica en sí.