La pena es que no convence en ninguno de los dos géneros, quedándose como una curiosidad olvidable, sin duda por contener todos aquellos errores e impreciones propios del cine de hoy en día, sobre todo el estadounidense, donde abunda, como en este caso, el ruido por encima de las nueces.
No es que aburra, se puede ver, pero no tiene personalidad y carece de inventiva e imaginación, más allá de su sorprendente comienzo.
El desarrollo es convencional y las escenas de acción, muchas de ellas en la oscuridad de la noche, se tornan demasiado rápidas y pareciendo algo farragosas en su conjunto.
La música es bonita y las interpretaciones normalitas. Tan sólo, como era esperar, el gran John Hurt aporta calidad a una historia de por sí interesante, pero en manos de la desmañada dirección de Howard McCain, deviene en decepcionante.
Para ver y olvidar de la misma.
Lo mejor: La música.
Lo peor: Es bastante disparatada y no convence ni en la ciencia ficción ni en la aventura.