Crepúsculo
Una historia de diseño destinada a un público muy concreto. En el orden temático, magistral composición de elementos que inciden en el fuego de una mente adolescente. La adolescencia con todas sus fantasías y su necesidad de afirmar un terreno desconocido. En dicho terreno, hallamos el perfil romántico de una determinada sensibilidad en la forma de tejer el guión, construyendo diálogos arquetípicos que en última instancia discurren firmes en su correlación con el impulso mórbido que anima la historia de amor. El mito del vampiro como catalizador de un cierto heroísmo que implica cruzar la linea más allá de la cual esperan las criaturas de la noche. Ser un héroe es tener el valor de ser diferente, y así el romance de Bella y Edward (cuya vaguedad poética fluye con la casi permanente lluvia del entorno paisajístico) es una gesta compartida al romper las reglas de sus respectivos entornos. Nada nuevo, salvo por el hecho de ser un filme libérrimo y hasta cierto punto comprometido con el subgénero.Película inesperadamente atmosférica, si nos remitimos no solo a las constantes de su escenografía, sino a la equilibrada y concisa construcción de los dos personajes principales, resultando en una atmósfera psicológica que llega a vertebrar un desarrollo y conclusión muy dignos a pesar de la caótica visualización, batiburrillo de planos y preceptos telefilmicos, artificio en los momentos álgidos y trato pueril a algunos elementos secundarios.