Ultimátum a la tierra
En 1951, Robert Wise nos brindaba una de las películas que estaría llamada a ser un clásico de la ciencia ficción. Con ‘Ultimátum en la Tierra’ se escribía una nueva página en el libro del cine de género. Ahora, en el año 2008, y no sabemos muy bien por qué, Scott Derrick se lanza a la piscina y nos trae este remake del clásico incontestable con Keanu Reeves interpretando al mítico Klaatu. ¿Estará a la altura?La famosa científica Helen Benson se encuentra cara a cara con un extraterrestre llamado Klaatu que ha viajado por el universo para advertir a la humanidad sobre una inminente crisis global. Cuando fuerzas que están más allá del control de Helen tratan al extraterrestre como a un ser hostil y se niegan a su petición de dirigirse a los líderes mundiales, ella y su hijastro Jacob rápidamente descubren las letales ramificaciones que subyacen en la afirmación de Klaatu de que es un “amigo de la tierra”. Ahora Helen debe encontrar el modo de convencer a la entidad que ha sido enviada para destruirnos de que la humanidad es digna de ser salvada, aunque puede que sea demasiado tarde.
Si os soy totalmente sincero, creo que este es uno de los remakes que más acertadamente han sabido encontrar su sitio para su estreno dada la historia original, aunque, si bien la historia es perfectamente extrapolable a cualquier momento en el que se quiera volver a adaptar (si es que puede llamarse adaptación a esta película), la película nos llega en una época muy concienciada con la fiebre del cambio climático y la crisis medioambiental que tan bien refleja el filme.
El filme deja intacto (o casi) el guión original y la idea de base para, únicamente, revestir la trama de una panoplia de efectos digitales que, en el caso de que la historia no cale en la conciencia de algún espectador, sirvan de colchón meritorio en el que destacar los logros del filme. Algo que ya intentaron las supuestas nuevas versiones de ‘Psicosis’ o ‘La Profecía’ y que huelga decir que no consiguieron ni de lejos.
Esta sí. Y sería de juzgado de guardia que así no fuera dados los tiempos que corren y el presupuesto que manejaba su director. La única pega reseñable (obviando el tema de la fotocopia a la historia) es que esa necesidad actual de recargar más y más las películas para que sean visualmente impactantes y llenas de acción, en este caso son detalles que esta historia no necesita (ni necesitaba allá en los 50) y que entorpecen la esencia del mensaje final de la historia a los espectadores que, fíjese usted, puedan querer ir a ver la película intentando buscar alguna idea que sacar en claro.
Por lo tanto, estos juegos de guerra no hacen más que ser añadidos artificales a una trama que ya con la simpleza cincuentera demostraba sostenerse por sí misma con una consistencia aplastante y una convicción que la hizo convertirse en uno de los pilares del género de ciencia ficción en la historia del cine. Se agradece que al menos no haya que lamentar una escabechina peor en la nueva versión.
En el resto de aspectos podemos decir que la película está a la altura de cualquier producto actual: interpretaciones correctas, dirección funcional y los dichosos efectos creados para clavar en la butaca al espectador medio. Un blockbuster en toda regla que de seguro no saldrá demasiado mal parado en la taquilla, pero que desde luego no era necesario en absoluto. Podréis verla el día 12 de Diciembre en vuestro cine más cercano.