Appaloosa
La certificación de que el western puede tener pésimas réplicas tras la decente Open Range (por citar de las últimas películas decentes) es este film. Appalousa es un western bien ambientado, aunque sería lo mismo decir que está ambientado como debe ser: de forma polvorienta y antigua.
Los actores son un buen reclamo, y los diez primeros minutos de la película parecen prometer. Pero de ahí hasta el final (salvando la canción final cantada por Ed Harris) es una auténtica vergüenza. Es una comedia con un pésimo guión, unos peores diálogos y unas horrorosas y espantosas secuencias de traca y diálogos made in "Al salir de clase".
Ed Harris es Virgil, un "pacificador", según la voz en off del personaje de Mortensen, su fiel escudero. Ambos llegan a un pueblo donde han asesinado al sheriff e imponen su ley, como si fueran unos comisarios temporales. El caso es que llegan allí a imponer orden y se impone el caos. Claro, es que allí aterriza la siempre bella y atractiva Renee Zellwegger. Y todos los planes se trastocan.
El analfabeto emocional de Harris se encoña de Zellwegger y piensa en sentar la cabeza, pero de paso tiene que capturar al despiadado Bragg (Irons) por haber asesinado al anterior sheriff.
El simple hecho de escoger a la Mickey Rourke mujer de Zellwegger ya denota una falta de gusto tremenda, y hacer que varios personajes bailen alrededor de sus inexistentes encantos es de auténtico kamikaze cinematográfico. Mortensen se convierte en lo mejor de la película, aunque no le cuesta mucho debido al nivel de sus compañeros. Una música inapropiada, un desvarío de elipsis y demás atrocidades, hacen que esta nueva película de Harris tras la cámara sea la prueba de que debe quedarse delante de ella y no moverse.