Chunking express (chung hing sam lam)
"En la gran urbe de Hong Kong, muchos millones de personas viven y cada día se cruzan a una pequeña distancia, sin que logren verdaderamente acercarse y mucho menos conocerse. Una noche, una misteriosa joven, que vive de traficar con droga utilizando a inmigrantes indios, pierde tanto a sus camellos como a la droga e intenta recuperarla a cualquier precio. Conocerá a un joven policía que acaba de ser abandonado por su novia. Por otro lado está otro joven policía, que ha roto con su novia, azafata y se encuentra solo. Entablará una extraña relación con una bonita y rara jove, enamorada en secreto de él".
Buena película de Kar-Wai que le sirvió para hacerse conocerse en todo el mundo, gracias a la astucia de Takeshi Kitano, que prendado del film, compró sus derechos para su distribución en USA.
Vista ahora, 2008, después de otros trabajos de su autor, no parece demasiado, incluso menor comparado con ellas. Pero ciertamente posee un atractivo que le hace especial y subyugante.
El aspecto técnico es meritorio, empleando toda clase de habilidadades con la cámara como raccords imposibles, vertiginoso montaje, multitud de planos para una misma escena, etc, pero lo que logra conmover al espectador es la singularidad y sencillez con que narra la preciosa historia de amor de la segunda historia. Una historia con unos entrañables personajes, que logran emocionar al más frío.
Son momentos mágicos, propios de Kar-Wai, que ya hemos visto en posteriores cintas, pero que aquí era la primera vez que conseguía, o al menos que lo comprobaron millones de espectadores de todo el mundo.
Una película algo extraña, que se tarde un tanto en saborear, hay que darle tiempo, pero que poco a poco va ganando el corazón del respetable hasta lograr que se recuerde por mucho tiempo.
Francamente estimable, aunque en verdad por debajo de lo que luego conseguiría su realizador.
Estupendas interpretaciones, sobre todo de la simpatiquìsima pareja formada por Tony Leung (Chiu Wai) y Faye Wong.