Los años desnudos Clasificada S
Hoy en día, el cine clasificado S y el llamado cine del destape son dos elementos que todos asociamos a una España casposa, atrasada y analfabeta, una sociedad que al mismo tiempo estaba dando los primeros pasos hacia la libertad después de casi cuarenta años de represión.
Con el deseo de reivindicar y rendir un tributo a algunas de las personas que hicieron aquél cine, a su inocencia e ingenuidad -características que en realidad, eran propias de la mayoría de la población-, nace Los Años Desnudos. Clasificada S, el nuevo largometraje de Félix Sabroso y Dunia Ayaso. El film es una propuesta tan valiente y atrevida como arriesgada, al abordar unos hechos poco menos que tabú para nuestra cinematografía. La película funciona en su primera mitad, más ligera, narrada en clave de comedia costumbrista, en la que los personajes y sus acciones están profundamente marcados por una candidez e ingenuidad casi infantil. No obstante, cuando la historia se adentra en terrenos más propios del melodrama, el guión -flojo y sin intensidad ni profundidad dramática- hace aguas. El film ameno y a ratos divertido del comienzo acaba transformado en una cinta pretenciosa, obvia, poco sutil y aburrida. Es una lástima ver una historia desperdiciada por un afán de dramatización innecesario, porque se podía haber rendido un profundo, sentido y más efectivo tributo desde la comedia. Las interpretaciones son de lo mejor de la película, aunque la reina indiscutible de la función es Candela Peña, que se come la pantalla en cada escena. Goya Toledo también realiza un trabajo notable -mucho mejor en la primera parte que en la segunda-, y Mar Flores cumple con el suyo aunque no llega a la altura de sus compañeras. Luis Zahera y Antonio de la Torre firman también unas actuaciones magníficas.
Los Años Desnudos. Clasificada S es una película que funciona mientras se mueve en el terreno de la comedia ligera y cuyo principal atractivo reside en esa fuerza de la naturaleza llamada Candela Peña.