Asesinato Justo
Las Torres Gemelas han caído. Dos grandes muestras del talento humano, del genio interpretativo, del buen hacer, de una época dorada cinematográfica… han caído con todo su equipaje en un acto terrorista imprevisto. Una gran rabia me corroe, es una auténtica pena que los vaticinios tengan razón en este momento. No es plan predicar el apocalipsis del cine, pero si los jinetes son De Niro y Pacino, alguna verdad contienen.
Asesinato Justo es, por definición, un bodrio, pero también una triste prueba de que tal vez los dos actores hayan perdido el olfato para escoger proyectos o una vergonzosa realidad en la que no hay mejores proyectos para que ambos se luzcan.
No existe construcción de personajes, sino tópicos. No existe misterio, sino unos estúpidos intentos por mantener en vilo al espectador con tétrica música en momentos que no lo necesitan. Los papeles de ambos bien podrían haberlos hecho cualquier Wilson o Speedman, sin embargo han querido destrozar la nueva y más duradera aparición de estos dos gigantes del cine con una película infame.
Tal vez los dos no sean tan grandes, sino gente con un talento que se ha sobrevalorado y que vino de perlas a grandes joyas del cine que han quedado para la posteridad como ejemplo de buen cine. Tal vez sea todo tan relativo que habrá que empezar un nuevo star system para adolescentes tragadores de videojuegos o consumidores de pelis chorras.
Si esto es el final del cine, por favor, que sea de forma honrosa.