Quemar después de leer
Tras haber sido multipremiados en la pasada temporada por su No es País para Viejos, los hermanos Coen cambian de registro y nos traen el último capítulo de su trilogía del humor absurdo que comenzaron con O Brother! y continuaron con Crueldad Intolerable, una obra magna del humor absurdo que alcanza cotas de lo mejor Coen que se ha visto en años.
Ozzie Cox es un agente de la CIA que está escribiendo sus memorias, con toda su experiencia en la Agencia, en un CD. El problema surge cuando su mujer le roba el CD y se lo deja accidentalmente en el gimnaso, lugar donde lo encuentran unos empleados sin escrúpulos que intentan chantajear a Cox. A raiz de esto, la CIA manda a un asesino para intentar solucionar el entuerto. Basada en la novela "Burn Before Reading: Presidents, CIA Directors, and Secret Intelligence" del ex jefe de la CIA Stansfield Turner.
Dotada de momentos de verdadera genialidad, la nueva obra maestra de los hermanos Coen se mueve cómodamente en terrenos de comedia, thriller, parodia y absurdo con un saber hacer digno de elogio. Puede dar la sensación, al ver Quemar después de leer, de que es una obra más de sus autores, una más de sus comedias locas que tan buenos resultados de taquilla les han dado, pero que poco prestigio les ha aportado (ya sabemos el eterno estigma de la comedia), pero hay que ver más allá.
El reflejo de la Noteamérica post 11S, la radiografía de la sociedad que venera el culto al cuerpo e incluso las relaciones de pareja actuales son solo algunos de los temas tratados de los que tan bien saben reírse los hermanos Coen. Pero la guinda del pastel es, sin duda, el magnífico plantel de actorazos que dan vida a personajes de lo más estrafalario, inepto y estúpido, como todos los pobladores del universo Coen, unos personajes cercanos, empáticos, creíbles, pero lo que es más importante (y no siempre se consigue): potencialmente reales.
Es injusto destacar una sola interpretación de entre todas, pues nadie desmerece en esta absurda comedia, pero si hay alguien al que se debe reivindicar en su papel cómico, ese es Brad Pitt, inconmensurable en su papel de monitor de gimnasio con aires de grandeza. El conjunto se completa con la más que efectiva dirección de los hermanos, la siempre sobresaliente música de su compositor habitual, Carter Burwell, y uno de los fichajes estrella para el equipo, la incorporación del director de fotografía Emmanuel Lubezki, habitual colaborador de las películas de Tim Burton y Alfonso Cuarón.
En definitiva, unos Coen en buenísima forma y que vuelven a sus inicios y a sus películas más complices con este Quemar después de leer, humor absurdo, regado de geniales interpretaciones y aderezado con un equipo que sacan adelante una de las mejores películas del año, y, sin duda, una nueva obra maestra de los hermanos Coen. La tenéis en cine desde hoy mismo, día 10 de Octubre.