Un buen producto para el divertimento general y que proporciona momentos de acción son igual con coches tuneados que atacan y se defienden de manera rudimentariamente futurista

★★☆☆☆ Mediocre

Death Race La Carrera de la Muerte

Hace muchos años que Roger Corman imaginó un futuro apocalíptico en el que carreras de coche letales eran deporte nacional. David Carradine y Sylvester Stallone aparecieron en ese filme. Hoy, 33 años después, llega a las pantallas La Carrera de la Muerte, una suerte de versión/revisión con Jason Statham y Joan Allen a la cabeza. Detrás de la cámara tenemos al incombustible y siempre cumplidor Paul W.S. Anderson.

Una penitenciaría atestada de presos inspiró a los carceleros para crear un pasatiempo tan cruel como lucrativo. Presos capaces de todo, un público global hambriento de violencia televisada y un ruedo espectacular se unen en DEATH RACE. El tricampeón de velocidad Jensen Ames es todo un experto a la hora de sobrevivir en el desértico paisaje en el que se ha convertido el país. Cree haber cambiado de vida, pero el ex convicto es acusado de un terrible crimen que no ha cometido. La directora de Terminal Island le obliga a ponerse la máscara de Frankenstein, un favorito del público al que parece imposible matar, y le da dos opciones: competir o pudrirse en una celda. Con el rostro escondido detrás de la máscara metálica, el preso deberá sobrevivir a los tres días más terribles de su vida, enfrentándose a los peores criminales procedentes de las cárceles más duras del país si quiere salir libre. Al volante de un monstruoso coche armado con ametralladoras, lanzallamas y lanzagranadas, este hombre desesperado será capaz de destruir todo lo que se interponga en su camino para ganar el juego de masas más retorcido de la Tierra.

No es tan descabellado como pensáis el adjetivo de ‘cumplidor’, pues ya Anderson nos tiene bien acostumbrados a un cine de acción sin prejuicios ni cortapisas y con una factura auténticamente envidiable que no repara en ser los más delirante, descabellada o incluso gore para contentar al público al que va dirigido. Y no es menos en esta película: acción trepidante a base de coches tuneados y chicas despampanantes (que, todo sea dicho, podrían estar más presentes en el filme) en una carcel retrofuturista que convierte la competición entre presos en programas de máxima audiencia televisiva.

Mucho debe esta película a productos como ‘Pressing Catch’ o ‘American Gladiator’s donde se propinan mamporros a mansalva sin complejo alguno con el único fin de mantener a la audiencia delante de la pantalla generando audiencia o, en el peor de los casos (y en el de esta película) pagando para poder seguir las andanzas de los participantes. Jason Statham se ha especializado en historias de acción con un ingrediente adicional de violencia explícita que tantas sesiones de cine llena, y en esta película no decepciona, creando un personaje que, a pesar de sus carencias como tal, convence e incluso hace empatizar de manera muy satisfactoria.

Diferente papel juega Joan Allen, actriz acostumbrada más al drama, que en esta película se gana el pan encarnando a una mala malísima que no es tanto pues a nivel de guión, su personaje es el más estereotipado y con unas motivaciones escandalosamente difusas, pero, ¿quién busca personajes profundos en películas como esta? El elenco se completa con un plantel de actores secundarios muy resultones que encajan perfectamente en este desenfreno automovilístico que hará las delicias de todos los amantes de la acción sin límite y que guiña el ojo descaradamente a todos los jugadores de ‘Mario Kart’ que vean la película. Ya entenderéis por qué.

En definitiva, un buen producto para el divertimento general y que proporciona momentos de acción son igual con coches tuneados que atacan y se defienden de manera rudimentariamente futurista. Sin duda, un festín para todos aquellos que buscan una evasión en el cine. La película podéis verla en vuestro cine preferido a partir del día 3 de Octubre.

publicado por Pablo López el 10 octubre, 2008

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