Sexykiller
Hay películas que, como le sucede a Quemar Después de Leer, sufren una engañosa campaña de promoción, que hace creer al público que el film es algo que en realidad no es. Y luego hay cintas como Sexykiller. Morirás por ella, que si destacan por algo es por su honradez: quien quiera que vaya al cine a verla, sabe perfectamente en lo que se está metiendo.
Sexykiller. Morirás por ella es una película que se enmarca claramente en la corriente del fenómeno friki español, una comedia de terror sin ninguna pretensión que busca claramente a un público específico y a la que no afectará nada de lo que se escriba aquí. Miguel Martí, evidente conocedor de que las críticas que reciba la cinta van a ser duras o durísimas, aprovecha la coyuntura para colar todo lo que se le pasa por la imaginación. El resultado es una mezcla que muy poco tiene que ver con el arte cinematográfico, en la que se combinan guiños a grandes clásicos del séptimo arte -desde Taxi Driver a Sopa de Ganso- con grandes absurdos como algún que otro numerito musical, secuencias de teletienda metidas sin ton ni son o entrevistas televisivas. Todo ello aderezado con una narración incongruente para crear aún más el tono extravagante y friki buscado por Martí, algo que hará las delicias de su público. Sólo las -muy- breves apariciones de Paco León consiguen poner algunas gotas de humor al film.
Sexykiller. Morirás por ella es, desde el punto de vista más puramente cinematográfico, una película muy lamentable, mal escrita, dirigida e interpretada, pero como propuesta comercial puede ser uno de los grandes éxitos del cine español en 2008.