No me pidas que te bese porque te besaré
No hace falta haber visto ninguna de las obras de teatro de Albert Espinosa ni haber leído sus libros para comprender y entender el mundo en el que se desarrollan siempre sus historias. Basta con ver los films que se han hecho sobre su obra -Planta 4ª, Tu Vida en 65′ y Va a ser que Nadie es Perfecto- para poder encontrar los elementos comunes más allá de las diferencias características y propias de cada uno de los cineastas.
La mayor virtud de Albert Espinosa es que, a pesar de abordar siempre temas delicados que fácilmente pueden ser convertidos y adaptados al melodrama, lo hace desde una perspectiva alegre, vitalista y muy optimista. Precisamente, lo más destacado de No me Pidas que te Bese Porque te Besaré es la relación del personaje protagonista con el grupo de chicos especiales -espléndidos todos ellos, aunque destacan Pablo Rivero y Andreu Rifé de forma notable- y cómo Espinosa muestra a esos personajes, sin tabúes ni prejuicios y de una forma digna y divertida. Sin embargo, flojea todo lo relacionado con el personaje interpretado por el propio Albert Espinosa, al igual que la relación amorosa entre Eloy Azorín y Teresa Hurtado de Ory -mucho mejor él que ella, por cierto-. También se aprecian algunos fallos propios de principiante, como un abuso de los flashbacks o la narración de Azorín, en muchos momentos realizada mirando directamente a cámara.
No me Pidas que te Bese Porque te Besaré es una película simpática, agradable de ver, que destaca por la forma en que retrata a los chicos especiales y por las interpretaciones de los actores que los encarnan.