una construcción paródica que sabe desarrollarse en varios niveles de significado sin perder de vista su verdadera naturaleza: el Caos y la Gamberrada. Imprescindible verla en versión original. La traducción española es desastrosa y no se entiende n

★★★★☆ Muy Buena

Tropic thunder

En el ámbito de la mirada humorística – que ha tenido su expresión en multitud de productos hollywoodienses pertenecientes a los últimos 30 años – Tropic Thunder es un filme excepcional. Su recorrido comienza con la parodia, se extiende en la sátira social, penetra en el tejido humano de esa gran industria generadora de iconos fosilizados mediante la disección del intérprete entendido como cliché al uso del mercado, y concluye realizando su gran potencial lúdico en la rítmica y la coreografía espectacular de (excelente) cine de acción. Un portento a la hora de integrar sus diferentes objetivos en un todo significativo . El espectador puede sentir más o menos empatía y conexión con el humor absurdo y – a menudo – zafio distribuido en los distintos gags, pero lo que es indiscutible es la coherencia y la armonía que reina desde el primer al último minuto.


Las producciones de este tipo suelen encorsetar la expresión en el ingenio de la frase, la situación, el cliché del momento. Hacer sátira con el diálogo puntualmente ingenioso. En Tropic Thunder, al contrario, destaca la construcción de conjunto, el planteamiento estructural que armoniza las piezas en detrimento del subrayado específico. Cine de actores que utilizan el humor para satirizar sobre sí mismos. Cine sustentado en un guión que es como una tábula rasa en el que cada uno de los intérpretes desarrolla con libertad su propia forma de afrontar la parodia que les remite a la misma industria para la cual actúan haciendo una “metarepresentación” de sus funciones, lo cual supone una mirada reflexiva. Robert Downey Jr ( no leo el guión, el guión me lee a mi . Desternillante) se permite el lujo de caracterizar a un personaje delirante que define su rol con un disfraz y desglosa el delirio en cada frase absurda en unos casos, elocuente respecto a la inconsistencia de ciertas “miradas” dramáticas que nos ha ofrecido hollywood en otros (sin entrar en valoraciones, imprescindible la alusión a Rain man ). Tom Cruise consagra su icono, es el mejor ejemplo del baile libérrimo que se traen este grupo de talentos. Véanlo en los créditos del final. No se lo pierdan. Alguno puede sentir ganas de arrearle una hermosa hostia a ese patético insulto en forma de gafotas calvarota. En Imágenes y Palabras agradeceremos eternamente que estos talentos sepan reirse de sí mismos y de la industria que los mantiene. Nos hacen justicia a todos. Esto es espectáculo, sí señor. No es ironía.


La Palabra absurda nos deja la Imagen consistente de la narración clásica. La primera secuencia del filme parodia – mediante hipérbole – ciertos estilemas que han pululado en el reciente bélico del splatter (homenaje a Rambo y burla que pone en duda al hiperrealismo tecnicista de Spielberg en el soldado Ryan), y todo el posterior desarrollo es la mirada ácida puesta en la crisis de identidad de los personajes cuando la maquinaria les obliga a llevar la representación al plano de la realidad representada . Tenemos, por tanto, una construcción paródica que sabe desarrollarse en varios niveles de significado sin perder de vista su verdadera naturaleza: el Caos y la Gamberrada. Imprescindible verla en versión original. La traducción española es desastrosa y no se entiende nada.
publicado por José A. Peig el 29 septiembre, 2008

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