La momia: La tumba del emperador Dragón
Se acabaron las vacaciones así que me voy a poner manos a la obra a comentar las películas que tengo pendientes y que he visto en los últimos tiempos. Empezaré por una que lamento haber visto, al menos pagando: “La momia: la tumba del emperador dragón“.
Como sabéis se trata de la tercera entrega de la saga de “La momia”, aventuras protagonizadas por Brendan Fraser y Rachel Weisz en anteriores entregas. En esta ocasión Weisz es reemplazada por Maria Bello con resultados nefastos aunque no tengo claro si es culpa de la actriz, por otra parte estupenda en “Una historia de violencia“, o del lamentable guión de Alfred Gough y Miles Millar (sí, los de “Smallville“) lleno de presuntas gracias y de escenas ridículas.
No es que las anteriores entregas me pareciesen una maravilla pero al menos conseguían entretenerme y divertirme a ratos haciendo que durante un par de horas me olvidase del mundo real. En cambio, mientras veía esta tercera entrega casi estaba deseando enfrentarme al Telediario para olvidar el triste mundo cinematográfico creado en esta ocasión y en el que se repiten sin sentido esquemas y chistes mil veces vistos y ya sobre-explotados en la saga.
Me parece que raya lo inmoral que alguien haya gastado 145 millones de dólares en producir algo como esto. Pero no sólo han desperdiciado el dinero sino una ocasión de hacer una cinta de aventuras con aroma propio que se independizase un poco de las anteriores. Contaba para ello con ideas con tantas posibilidades como los guerreros de terracota o Shangri-La, totalmente desaprovechadas.
Para dar ejemplo no voy a desperdiciar demasiadas palabras en comentar lo mala que me pareció la película, aunque no puedo dejar de decir lo mal que Rob Cohen dirige las escenas de acción que van de la típica panorámica con miles de guerreros digitales peleando (a veces creo que sólo se hizo bien en “El señor de los anillos”) a una sucesión de planos cortos sin sentido que casi consiguen marear a un marinero curtido como yo.
Esperemos que la momia se haya muerto de una vez.