Smart People
Dentro de las películas de corte indie que quieren ser novedosas y profundas, hay un buen número de ellas que caen en lo pedante y aburrido. Esta es una de estas películas con un gran reparto que hace lo que puede con un guión soso, sin alma y que condena al film a ser una colección de gags aparentemente irreverentes.
Vendida como film de los productores de la estupenda "Entre copas", Smart People retrata a un engreído profesor de literatura (Quaid), su hija amargada prematuramente (Page), obviamente caracterizada como republicana, el hermano adoptivo Quaid que vive como puede, haciendo todo tipo de trabajos y acaba quedándose en casa de su hermanastro porque no tiene dinero (Hayden Church) y una doctora que ha tenido relación en el pasado con el profesor (Parker).
Una familia herida por la muerte de la esposa de Quaid y madre de Page, se torna apática, cascarrabias y pedante. Tanto el padre como la hija son colecciones de datos y ametralladoras de los mismos cuando se ven acorralados por sus miedos. Vamos, como todos los pedantes y presumidos. Pero la llegada del hermano de Quaid les trastocará un poco su estilo de vida: la imprevisión, vagancia y diversión intenta meterse en las mentes de estos pacatos.
Además, en una de las tonterías del profesor, se reencuentra con una doctora que resultó ser alumna suya. Todo esto vincula a los personajes con el pasado que han vivido, la gente a la que han marcado y se preguntan en qué han cambiado para convertirse en estos personajes aburridos y apáticos de la película.
Con un ritmo aburrido, caras largas y demás estrecheces de miras, esta película se hace eterna. Salvo por las puntuales intervenciones de los actores, la película es totalmente prescindible.