El argumento es bien sencillo: Harriet Wells es una chica de 17 años que desaparece sin dejar rastro alguno. Errol Babbage es agente federal especializado en delitos sexuales que, a 2 semanas de retirarse y mientras instruye a su joven sustituta, sospecha que el secuestrador de la chica es alguno de los delincuentes en libertad condicional que vigila.
La premisa, digna de cualquier telefilm de sobremesa, se complementa además con el reflejo del horror de la experiencia de Baggage en su tortuoso trabajo sin escatimar en detalles escabrosos, imágenes duras, y todo lo necesario para reflejar un mundo de depravación y sexo del que no sabe si puede o debe salir.
Artificios todos para ocultar una historia deficiente, con detalles de guión de generación espontánea y con una interpretación correcta por parte del elenco, pero con un Richard Gere histriónico por momentos, jugando a ser Charles Bronson y Jack Nicholson a partes iguales. Y en algunos momentos… al mismo tiempo. Debut mediocre en Hollywood de un director prometedor en Japón, sólo nos queda esperar que en el próximo proyecto vuelva a resurgir el talento olvidado. Mientras, podéis obviar esta película y volver a ver Infernal Affairs, que nunca está de más.