En un país dividido al borde de la guerra civil, dos niños, Amir y Hassan, están a punto de separarse para siempre. Pero después de ganar el torneo de cometas, la traición de un niño atemorizado pondrá en marcha los mecanismos de una catástrofe… y el comienzo de una búsqueda épica de la redención. Ahora, después de 20 años viviendo en Estados Unidos, Amir regresa a Afganistán, a pesar del peligro que supone el implacable gobierno de los talibanes, dispuesto a enfrentarse con los oscuros secretos que le persiguen y a reparar el daño que hizo.
La película, adaptación del best-seller de Khaled Hosseini, que aún se sitúa en la lista de más vendidos desde el año de su publicación, muestra una realidad dura y un reflejo fiel de la vida en Afganistán, siempre con el lastre de ser una película comercial y no adentrarse todo lo que debería en el drama afgano, pero puede presumir de mostrar el contraste Estados Unidos-Afganistán con una claridad apabullante.
Desde la actuación de los dos niños, hasta la de los adultos, las interpretaciones resultan totalmente convincentes, ayudadas por la decisión del director de rodar el filme en dari, pashto y urdu, lenguas de Afganistán y Pakistán, un acierto para conseguir reflejar la realidad. Mención especial para Homayoun Ershadi, actor descubierto en la obra de arte El Sabor de las Cerezas de Abbas Kiarostami.
Recordemos que este fue el trabajo que le dió a Alberto Iglesias, el compositor español, su nominación a los premios Oscar de este año, por una banda sonora intimista pero que supone un gran proyecto, pues abarca desde la música más étnica hasta los sonidos más actuales, una verdadera partitura de calidad, que convierte la música del filme de mero complemento a auténtica característica del mismo.
En definitiva, esta película resulta el relato valiente y emotivo de un hijo por mantener unidos los lazos con aquellos a quién quiere y por circunstancias de la vida, ha debido dejar atrás. Un relato dramático, de ritmo acorde y tratamiento poco arriesgado que a buen seguro dejará buen sabor de boca al espectador.