Zohan: licencia para peinar
Me encanta Adam Sandler. No lo puedo remediar. Es un actor que haga lo que haga me hace reir. Sus películas son ese revulsivo que necesito en una película, una comedia que me haga reir y que no pueda parar de hacerlo.Es lo que le ocurre a los cómicos como él, que tienen ya su estilo muy definido. O te gusta o le odias. Nunca te deja indiferente.
Sandler se ha vuelto a superar con esta comedia. Nunca puedo llegar a imaginar el grado de excentricismo y de rareza que pueden alcanzar sus historias. El listón está muy alto y ya desde el principio no puedes para de reir con sus situaciones descabelladas (y nunca mejor dicho) y absurdas.
En Zohan: Licencia para peinar, se arriesga en extremo tratando un asunto tan delicado como es el conflicto entre Oriente Medio, y consigue con ello, darle cera a todos los bandos y criticar la situación tan violenta que se tiene tanto allí como en Estados Unidos. Eso es una de las características que tanto me gustan de sus películas, que además de rebosar suma originalidad a la hora de plantear una historia y crear personajes, también logran hacer una denuncia fuerte en forma de comedia, que aunque para algunos resulte ofensiva, en realidad lo único que hace es criticar de forma exagerada.
Además logra ambientar sus películas de una forma adecuada gracias a personajes secundarios que completan un elenco de diversas personalidades a cada cual más variopinto y divertido y también la música que escoge para cada uno de los momentos te deja más que perpleja, pero a la vez combina perfectamente con lo que está sucediendo en cada una de las escenas.
Así que una de las mejores formas para huir del mundanal ruido es apuntarte a la moda Zohan y como digo muchas veces, no es una cinta de Oscar pero al menos logra el propósito que busca que es despertar más de una carcajada entre los espectadores.
Lo mejor: Adam Sandler y sus payasadas
Lo peor: Que simplemente sea comedia pura y no se la pueda valorar mucho más