El triunfo de un hombre llamado caballo (Triumphs of a Man Called Horse)
Un inglés, John Morgan, vive con los sioux durante 30 años, quienes le apodan "Caballo".
En 1874 se descubre una mina de oro en Black Hills, una tierra perteneciente a los sioux desde el tratado de Laramie de 1868.
Los colonos y el hombre blanco provocan a los sioux para que rompan el tratado, cometiendo asesinatos de manera que parezca que haya sido un acto indio.
El Hombre llamado Caballo intenta mantener la calma, hasta que la tragedia se desata, entonces traza un plan para defender las sagradas tierras sioux.
Tercera aproximación al personaje John Morgan, inglés que fue a parar, por cosas del destino, a la tribu de los indios sioux, y se quedó con ellos una vez aceptado mediante un ritual dolorosísimo.
Es la menos buena de las tres, pero todavía se sigue apreciando por las buenas escenas de acción y por significar un final estimable a la saga, aunque involuntariamente, no en vano estaba todo preparado para proseguir con las aventuras, en este caso, de su hijo.
Pero ciñéndonos a este film, está bien, se hace simpático por su falta de ambición y resulta la mar de entretenido, razón más que suficiente para recordarla con cariño, a pesar de que no sea una buena película como tal., pero resulta amena y no decepciona, pese a no llegar a las cotas de calidad de las dos primeras.
Pero John Hough, siempre estimable director, aunque por aquella época venido un tanto a menos, sabe lo que se hace y le imprime carácter a la historia, aunque se eche de menos el sentido antropológico de la primera cinta, muy superior a sus predecesoras.