La naranja mecánica
En 1971 se estrenó uno de los filmes más recordados de Stanley Kubrick, y en 2009 se ha reestrenado con la excusa de un nuevo master digital. Como aún no la había visto me dije que era un buen momento para hacerlo, así que ni corto ni perezoso fui alegremente a uno de los dos cines madrileños en los que estaba, y salí del mismo con cierto dolor de cabeza y pensando que tampoco era para tanto.
Me imagino que en su época debió de ser una película polémica, ya que retrata la violencia desde una perspectiva bastante singular y además no se contiene al mostrar la anatomía humana… y a una sociedad hipócrita donde las haya.
Para quien no sepa de qué va, deciros que la historia gira en torno a Alex (Malcolm McDowel, en el que ha sido probablemente el gran papel de su vida), líder de un cuarteto de delincuentes adolescentes (cuatro drugos de toda la vida). Por el día se dedican a las deberes de cualquier joven de su edad, mientras que llegada la noche beben leche con aditivos, apalean a mendigos, se pelean contra otros grupos de delincuentes juveniles, allanan viviendas, violan y agreden a sus inquilinos y de paso les roban. Pero un buen día Alex es atrapado por la policía, y esta vez es acusado de asesinato, por lo que acaba con sus huesos en la cárcel, allí se porta como un niño bueno, ayuda al cura a decir misa y lee la Biblia con desbordante interés. Mas lo que él desea es salir de la trena lo antes posible, así que se presenta voluntario para un programa experimental de curación de la maldad.
Basada en la novela del mismo nombre de Anthony Burgess, La naranja mecánica es una fiel adaptación del libro, con su raro dialecto incluido. Se trata de un film arriesgado, extraño en ocasiones, con personajes bastante excéntricos y con mucho contenido político.
Malcolm McDowel (Calígula), como ya apunto arriba, hizo el papel de su vida, su interpretación es sin duda de innegable calidad, aunque me imagino que no lo tuvo que pasar muy bien si tenemos en cuenta la fama de más que exigente que se labró Kubrick (eso me vino a la cabeza al ver las escenas del "tratamiento"). De los otros personajes destacables, o al menos que me caen simpático, es el tonto de Dim (personaje que está hecho para eso, al fin y al cabo), interpretado por Warren Clarke (Firefox), que después de esta película no ha hecho nada realmente interesante. El resto del reparto cumple su función más que correctamente, con unas interpretaciones que en ocasiones roza la caricatura.
Cuatro drugos, hiperviolencia, Beethoven, un tratamiento de condicionamiento, personajes variopintos y, curiosamente, ninguno de ellos bueno, es lo que nos ofrece La naranja mecánica, además de mucha crítica detrás de ello, por supuesto. Un clásico que por desgracia nunca dejará de estar de actualidad.