El asesino
A menudo, ciertas películas de acción apelan a recursos poco verosímiles para dar vuelta como una media la trama. Así ocurría con Cara a cara de John Woo, y Operación Swordfish de Dominic Sena, ambas con John Travolta a la cabeza. Parecería ser que la necesidad de una vuelta de tuerca, un plot point, hace que los guionistas se desesperen y necesiten arrojar a la mesa la carta de la fantasía. Aquí también ocurre, cuando la revelación de una cirugía plástica hace que la historia vire 180 grados. Hasta ese momento, teníamos al bueno (Jason Statham), y al malo (Jet Li), persiguiéndose y enfrentándose a muerte. No diremos cómo gira la historia a poco de terminar, tampoco esperen adivinarlo con las pistas que arrojé hasta aquí. Basta decir que este vuelco, si bien propio de la más evidente licencia narrativa, termina siendo funcional al entretenimiento.
El resto, pura pirotecnia, una dirección efectiva en las secuencias de acción, por momentos algo confusa, y presa de la propia carrera del director en el campo de los videos musicales (¿hasta cuándo veremos videoclipistas que debutan en el cine sin innovar en absoluto?), y dos expertos en el cine de acción, unidos esta vez en el mismo elenco, prendiendo la mecha de una película explosiva. Tan pirotécnica y tan convencional, tan poco original en definitiva, como el grueso de las películas de acción estrenadas últimamente.