Los Seis Signos de la Luz
“Tengo una idea. ¿Qué tal si hacemos una película para chicos y adolescentes? Una película de esas que les gustan a ellos, con mundos fantásticos, y cosas sobrenaturales, como Harry Potter, El señor de los anillos, Narnia, etc. Y como protagonista pongamos a un chico, uno de unos catorce años. No importa que actúe bien. Lo que importa es que el personaje tenga problemas para relacionarse y se sienta humillado por su hermano mayor, así la mayoría de los chicos se sienten identificados. Eso… Perfecto… Y el conflicto hagámoslo fácil, total es para chicos. Pongamos que hay dos bandos, los de la luz, y los de la oscuridad (o sea, los buenos y los malos), sumémosle viajes por el tiempo, algunos elementos mitológicos, que el chico se de cuenta que tiene poderes sobrenaturales, y que haya una chica que sea el interés amoroso del chico pero que parezca inalcanzable.”
Ah, es cierto, seguramente no tuvieron que pensar tanto los productores, la autora de la novela ya había hecho por ellos el trabajo sucio. De cualquier modo, y sin dejar de mencionar que es una película entretenida y correctamente realizada, ¿es necesario hacerles creer a los chicos, como si fueran tontos, que algo de todo esto nunca lo vieron?