Una película protagonizada por María Valverde y Hugo Silva tiene claras intenciones de atraer al público joven y televisivo al cine, pero la elección de la historia y su ambientación puede echar para atrás a ese mismo público que quiere atraer. Con esa mezcla y el historial del cine español, bien se podría crear una auténtica aberración, sin embargo el resultado es más que digno.
A pesar de sus inevitables comparaciones con "Alguien voló sobre el nido del cuco" pero ambientado en la posguerra, la película está reconstruida con buen gusto, narrada con acierto e interpretada con decencia. A pesar de que se cumplen los tópicos de personajes maltratados por la vida o estoicos encerrados injustamente, los personajes están bien creados.
El problema de esos personajes principales son sus actores, demasiado guapos, demasiado tiernos y demasiado modernos. El bello rostro de Valverde y el musculado Silva apartan bastante de los personajes que intentan recrear. Con el más que frecuente problema de dicción de muchos actores españoles se pierden muchos diálogos, y a veces la intención de hacer unos personajes más interesantes de lo que son hace perder la credibilidad en los mismos.
A pesar de todo ello, la historia y el director consiguen hacer atractiva una historia algo predecible, pero con detalles interesantes que en otras películas patrias nos harían llevar las manos a la cabeza. Mención especial a la música (la mezcla de esta historia con la gaita no cuaja bien, pero sí musicalmente) y al razonable parecido de la "cafetera" Ana Ruiz con su progenitor.
Un film decente.