Saw IV se resume en pocas palabras: sangre, torturas salvajes y el mismo suspense de siempre. Un buen film de terror destinado a seguidores de la serie.

★★★★☆ Muy Buena

Saw 4

It´s a trap.

Saw IV se resume en pocas palabras: sangre, torturas salvajes y el mismo suspense de siempre. La cuarta entrega de la serie, también de Darren Lynn Boussman, al igual que Saw II y Saw III, es más Saw que nunca en lo que a torturas imaginativas se refiere. Y es que, a medida que aumenta el número que acompaña al título, más vísceras, más morbo, más sangre y más dolor es lo que pide el público. Dado el final de Saw III, era complicado proseguir con la historia sin recurrir a temas ya trabajados en las anteriores partes de la saga, pero he de reconocer mi admiración por la maestría absoluta con la que han conseguido que todo cuadre a la perfección. Saw IV viene a ser el ejemplo perfecto de secuela perfecta o, más bien, de continuación, pues guarda más puntos en común con lo preestablecido para las continuaciones que para las secuelas. El filme comienza de la forma más contundente posible, con la autopsia de Puzzle en unos planos grotescos, sangrientos, con total lujo de detalles y rodado de manera impecable. Y a continuación se nos muestra el típico juego de inicio, es decir, ese juego desligado del resto de la trama (en este caso sí guarda algo de relación) y es a partir de aquí cuando comienza la historia.
El guión avanza un poco a trompicones y muestra altibajos continuamente, pues las escenas de tortura y las pruebas a las que se somete Rigg son demasiado continuas y aturulladas en un principio para después relajarse con las ansiadas escenas en las que, al fin, se nos cuentan las auténticas motivaciones de Jigsaw y nos hablan un poco de su pasado como persona cuerda y buena.
Sin embargo, y tras un desarrollo bastante impactante, el final es tan confuso que te deja exactamente igual que al principio, estrategia que el equipo ha seguido para poder rodar las dos continuaciones siguientes. Tampoco es que sea muy de agradecer que Jeff, el protagonista de la anterior entrega, tenga un papel tan escaso y que se hayan olvidado por completo de la supuesta prueba que tenía que pasar para encontrar a su hija que, para qué más, ni se les pasa por la cabeza mostrar en toda la película. Al igual que tampoco es que Amanda salga demasiado y lo poco que sale son escenas de los anteriores capítulos. Son dos importantes puntos negativos, el final del filme y la escasísima presencia de Jeff, que restan nota a un producto brutal, superior en algunos aspectos a Saw III, pero lejos de la maestría absoluta de Saw II.
No obstante, Darren Lynn Boussman se merece un notable por su trabajo, y su obra encierra escenas acongojantes verdaderamente logradas. Como crítico, me ha parecido decente.
Lo mejor: Que una cuarta parte mantenga el mismo nivel que las anteriores, e incluso que supere a alguna de ellas, es mucho y es, sin duda, algo a considerar.
Lo peor: Salvo lo mencionado, nada más.
publicado por Pablo Rodríguez el 30 mayo, 2008

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