Iron Man
Pese a no contar de inicio con unas expectativas taquilleras demasiado altas, “Iron Man” se ha convertido en un taquillazo y ha contado, para colmo, con el aplauso casi unánime (y en mi opinión exagerado) de la crítica.
No es que la película sea mala, que no lo es en absoluto, pero creo que tanto elogio se debe más a las bajas esperanzas artísticas depositadas en ella que en el resultado final. Y aunque lo cierto es que yo también salí sorprendido positivamente, tampoco hay motivos para dejarse llevar por la euforia.
La película dirigida por Jon Favreau, a estas alturas ya lo sabréis todos, adapta el cómic homónimo de la Marvel y hay que reconocer que lo hace con corrección, aunque sin brillo. No tiene chispa, salvo en algún momento puntual, pero no cae en la banalidad absoluta de muchas superproducciones recientes.
La cinta tiene un ritmo aceptable, unas bien dosificadas gotas de humor y las escenas de acción justas y necesarias para dar espectáculo. Es verdad que no son impresionantes pero al menos no presenta los defectos típicos del cine comercial moderno, o dicho de otro modo, las escenas de acción al menos no son confusas.
Pero sin duda el mayor mérito reside en el personaje de Tony Stark que está bien dibujado y mejor interpretado. Si bien el guión se encarga de explicarnos la personalidad y motivaciones del protagonista, éste no tendría razón de ser sin un Robert Downey Jr. que imprime todo su carácter al personaje dotándole de un alma que no me esperaba y haciendo que tengamos más ganas de verle a él en pantalla que al propio Iron Man.
A su lado Jeff Bridges, Terrence Howard o Gwyneth Paltrow no dejan de ser meros comparsas sin importancia pese a que mantienen el tipo y están a la altura de lo poco que el guión exige de ellos.
El problema, más allá de la falta de brillantez en el guión y la dirección, reside en el villano. En muchas ocasiones la calidad de una película se mide por la calidad de su villano y aquí no se han roto mucho la cabeza. En parte por eso, los últimos 20 minutos de película, aún siendo entretenidos, no son todo lo estimulantes que deberían y al espectador le emociona más la breve escena tras los créditos finales que el clímax de la película.
“Iron Man” es, quizás, algo mejor de lo esperado pero no deja de ser simplemente correcta. Para la segunda parte, anunciada para el 2010, espero que mantegan las virtudes de ésta y que trabajen un poco más el guión.