El resto lo salva la excelente interpretación de Oscar Martínez pero el director desdibuja la buena fábula con un sinnúmero de cortes rítmicos y desaprovecha una actriz dotada como lo es la protagonista de XXY. La historia se presenta mediante una gran prolepsis, pone intriga y da para diversas interpretaciones; cada espectador verá qué es lo real y qué es lo onírico; eso está bien. Pero la trama deja que desear y termina siendo una película desencajada.
Lo mejor: La fábula y Oscar Martínez.
Lo peor: La trama.