Paintball
En ocasiones, el cine español sorprende y entrega un film de género en condiciones. Lo vimos con la sobresaliente REC, con El Orfanato, y ahora con esta elegante propuesta: Paintball. Alejándonos de clásicos de la caspa hispánica como School Killer, Tuno Negro y todas las basuras producidas por la antigua Fantastic Factory, Paintball es un pastiche bastante sugerente en el que todo va directo al grano.Este primer largo de Daniel Benmayor picotea de varios subgéneros, pero el principal, por encima de todo, es el survival-horror. No hay presentación de los personajes ni profundización de los mismos, por la sencilla razón de que no hace falta. Y es que no son más que carne para trinchar, así que lo que realmente importa es la situación extrema a la que se verán sometidos y la angustia que el aterrado espectador compartirá con ellos. El film se limita a coger a un puñado de jovenzuelos idiotas, subirlos a un camión y, a los pocos minutos, cuando los protagonistas llegan al campo de juego, un maníaco armado hasta las trancas dará buena cuenta de ellos, empleando las más bestias y variopintas técnicas de caza y asesinato. A pesar de no mostrar demasiada sangre, Paintball se antoja bastante gráfica en materia de mutilación.
El film en sí o deja de ser una variante más de Hostel, como bien fueron en su momento Turistas o Las Ruinas, por lo que se puede englobar dentro de la misma corriente. Lo bueno es que, por fin, han sabido hacer las cosas en condiciones y, pese a que determinados actores son bastante lastimosos, el acabado es más que notable. Una correcta y tenue fotografía, situaciones grotescas y asfixiantes, cámara en mano y un final más que interesante se suman a este producto terrorífico nada desdeñable.
Si bien algo hay que añadir en su contra es la mala dosificación del suspense, que desaparece a mitad de metraje, quedando ya solamente el mero terror sazonado por el deseo salvaje de supervivencia.
Un 7.
Lo mejor: Resulta violenta y agobiante.
Lo peor: Algunas interpretaciones son de risa.