Paranoiac
“Paranoiac” (1963), es un thriller psicológico producido por la Hammer Films, el cual fue dirigido por Freddie Francis y protagonizado por Janette Scott, Oliver Reed y Alexander Davion.
Simon Ashby (Oliver Reed), es un hombre trastornado que está intentando volver loca a su hermana Eleanor (Janette Scott), para así poder quedarse con la totalidad de la herencia que les han dejado sus padres. Pero cuando aparece un misterioso hombre (Alexander Davion), quien dice ser su hermano Tony, el cual supuestamente se había lanzado a un acantilado muchos años atrás, las cosas se complicaran para Simon.
Si bien es cierto, la Hammer es mayormente conocida por su larga lista de films ligados al género del horror. Sin embargo, la productora también es responsable de cintas de ciencia ficción o de misterio. El guionista Jimmy Sangster se presentó a finales de los años cincuenta con un guión fuertemente influenciado en el film francés “Las diabólicas”, del director Henri-Georges Clouzot. Como en esa época la “casa del martillo” solo se interesaba en historias que presentaran vampiros, momias o monstruos, el guión fue desechado rápidamente. Fue el éxito obtenido por Alfred Hitchcock con su película “Psicosis” (1960), lo que rompió los moldes del cine fantástico y de terror existentes a la fecha, provocando una oleada de imitaciones en que el mal podía provenir perfectamente de un hombre en apariencia normal y no necesariamente de un monstruo más o menos deformado.
Este cambio también fue detectado por la Hammer, quien rápidamente recordó a Sangster, aquel guionista que tiempo atrás les había presentado un thriller de características similares y que torpemente habían rechazado. De esta forma se origina “El sabor del miedo” (1961), escrita por el mismo Sangster y dirigida por el palestino Seth Holt, película que debido a su éxito, marcaría una nueva etapa en la Hammer, promoviendo el lanzamiento de thrillers muy en la línea de esta cinta. Es así como Sangster en conjunto con el director Freddie Francis, elaborarían una trilogía de obras fabricadas para aprovechar la vena económica que “El sabor del miedo” había abierto en la cartelera británica.
Precisamente es “Paranoiac” la cinta que constituye el principio de esta triada, cuyo guión fue escrito por Sangster, basándose en el drama “Brat Farrar”, escrito por Josephine Tey. Se dice que aunque al parece existió un contacto con la novelista para comprar los derechos de su obra, Sangster comenzó a realizar numerosas variaciones en el guión, por lo que finalmente los productores tiraron por la borda la conversaciones iniciadas con la novelista. El guión al igual que las otras dos partes de la trilogía, esta plagado de clichés del género, y fuertemente influenciado por la obra de Alfred Hitchcock.
Lo que si es realmente destacables de guión, es que Sangster se preocupa de agregar cada cierto periodo de tiempo, nuevas revelaciones o vueltas de tuerca, que logran mantener la atención del espectador, haciendo que la trama se vuelva más interesante, llegando incluso a rozar el género del horror y del sobrenatural en un determinado momento de la película. La incursión de un misterioso enmascarado que ataca al supuesto hermano perdido, con un gancho como arma, acción acompañada de un macabro canto infantil en conjunto con un órgano eclesiástico, proveniente de la vieja capilla de la mansión de los Ashby, ayuda en gran medida a lograr ese ambiente gótico tan característico en los films de la productora.
Las actuaciones son bastante aceptables, destacando en especial la de Oliver Reed, quien despliega su histrionismo habitual, aunque en algunas ocasiones puede rozar en la sobreactuación, para caracterizar a un personaje con una personalidad bastante compleja, que presenta cualidades tan dispares como la inteligencia, la irracionalidad más salvaje y una obsesión paranoica por el alcohol y la autodestrucción. Es justo decir que en esta cinta, gran parte de los personajes presentan personalidades algo complejas, lo cual es utilizado hábilmente por el director para jugar con un tema tabú como lo son las relaciones incestuosas, algo que se puede ver claramente en la relación establecida entre Eleanor y su supuesto hermano Tony.
Esta película no se salva de presentar algunas falencias en el guión, que la verdad no resultan molestas, gracias a que Francis logra imprimirle un buen ritmo a la cinta, junto con lograr crear una atmósfera bastante lúgubre y opresiva, que bien podría atribuirse a su basta experiencia como director de fotografía. El film fue filmado en un glorioso blanco y negro, lo que no le quita en ningún momento el toque gótico presente en la gran mayoría de las obras de la productora, todo esto gracias a la mano del director, a Arthur Grant, el director de fotografía y a la banda sonora obra de la compositora Elisabeth Lutyena. En general es una buena cinta, que bien podría ser considerada un thriller, una cinta de horror o incluso un complejo drama familiar. Recomendable para el público que guste de este tipo de cintas, y para aquellos que deseen ver un producto distinto al que estamos acostumbrados de la Hammer.