Space Cowboys es la “”space opera”” particular de Eastwood, y un homenaje no sólo a los más veteranos trabajadores de Hollywood, sino a cualquier persona que se resista a jubilarse o a ser aparcado en un rincón sólo por tener más de 60 años.

★★★☆☆ Buena

Space Cowboys

"Llevo diez años retirándome, y pienso pasar otra década haciendo lo mismo". Quizás no fuera casual que cumplidos los 70 años Clint Eastwood se decidiera a rodar lo que el biógrafo del otrora Hombre Sin Nombre Ángel Comas citaba como una "aventura espacial geriátrica"; un film de acción con naves espaciales y riesgos más allá de la estratosfera (el particular Armaggedon de Clint) donde cuatro astronautas jubilados deben salir al espacio y salvar a la Tierra de una catástrofe. El director decidió homenajear a la gente de su generación y declarar al mundo que la gente mayor tiene mucho que decir y aportar. Y ni corto ni perezoso, Eastwood, al que muchos definen como "el último de los clásicos", y como queriendo demostrar con hechos el mensaje subyacente en el film, por primera vez en su carrera introdujo efectos especiales de ordenador en diversas escenas de la película. Cuando muchos otros directores antes y después que él lo tuvieron difícil para mantenerse en la brecha pasada cierta edad, Eastwood demostraba una vez más que ha dirigido su carrera tan bien como ha cuidado su cuerpo, y que también artísticamente sigue siendo más joven de lo que aparenta. Tras la lamentable muerte de Kubrick, el californiano es sin duda alguna el director más popular y más activo de su generación.

Un antiguo satélite de comunicaciones ruso entra en una deriva que lo está conduciendo hacia la Tierra. El gobierno que dirige la antigua Unión Soviética pide ayuda a los Estados Unidos para que ayuden a retomar el control del aparato y lo devuelvan a su vieja órbita, pues es "esencial" para la seguridad nacional rusa. Ante la posibilidad de ganarse unos puntos con sus antiguos enemigos (si es que alguna vez dejaron de serlo), el gobierno acepta, encargando al asunto a Bob Gerson, un directivo de la NASA. Al parecer hay un fallo en un panel de no-recuerdo-muy-bien-qué del satélite, y dada su antigüedad ningún ingeniero sabe qué hacer para arreglarlo. Siendo de un tamaño demasiado grande para arrastrarlo hacia la Tierra, Gerson no tiene más remedio que ponerse en contacto con Frank Corvin (Eastwood), un antiguo ingeniero con quien tiempo atrás Gerson tuvo sus diferencias. Un reticente Corvin aceptará colaborar, y deseoso de salir al espacio, pone como condición que le acompañe su antiguo equipo de astronautas, el Dedalus, con quienes en los 60 no tuvo la oportunidad de ir a la Luna. Por otra parte, Gerson les exigirá que pasen las pruebas para salir al espacio como cualquier otro astronauta de cincuenta años menos.

Eastwood aprovecha la tesitura para ejercer algo de autoparodia y aportar mucho humor a la película, algo que se ve ya desde que su personaje va reclutando a sus antiguos compañeros a la manera de los Blues Brothers: Tank Sullivan (James Garner), un experto en dirigir brazos espaciales y demás instrumentos que se ha metido a predicador aunque anda más despistado que Rompetechos; Jerry (genial Donald Sutherland, un Don Juan con coleta que construye montañas rusas y al que (no podía ser de otra forma dedicándose a eso) apasionan las curvas, y Hank (Tommy Lee Jones, el actor más joven), un ex-piloto de pruebas que se dedica a hacer piruetas a los amantes de las emociones fuertes, y que no se habla con Frank desde hace años. Cuatro componentes de la tercera edad que deberán demostrar que están capacitados para salir al espacio y que son tan aptos como sus relevos más jovenes.

Tanto los cuatro astronautas como su oponente Gerson (el magnífico secundario James Cromwell) deberán dirimir sus diferencias entre sí en beneficio del cumplimiento de la misión, mientras asistimos a una cómica competición entre jovenes y viejos, con bromas incluidas (una especie de leche reconstituyente para los veteranos, potitos para los rookies), y al final mucho respeto mutuo, aunque por supuesto habrá un joven arrogante que acabará metiendo la pata. Eastwood se encarga de retratar a los cuatro veteranos como los últimos de una raza y una manera de hacer las cosas (con sus apuestas, flirteos, bromas y, en definitiva, una visión de la vida) pasadas de moda, sin que parezca que haya sitio para ellos en un mundo de ordenadores e Internet. En una especie de referencia a sí mismo y a una generación que se formó y creció bajo el amparo del western, el título del film, Space Cowboys, no deja de ser sintomático. Aprovechando las escenas de entrenamiento, el septagenario Eastwood (y es cosa cierta, como hace notar el citado Comas, que el actor y director parece gustar de correr y hacer escenas físicas a la mínima oportunidad) demuestra estar en una forma envidiable, junto a Tommy Lee Jones, a quién de todas maneras saca 14 años. A Garner, rescatado de los papeles cortos de abuelito y de poner voces a dibujos, sí se le notan los años, mientras que Sutherland, cuya vida dista mucho de haber sido sana, tampoco se le ve correr demasiado.
En definitiva, a los cuatro veteranos se les ve disfrutar de sus papeles, y de que afrontaron la película con mucho humor. El desnudo integral de los cuatro actores así lo demuestra (de espaldas, pero integral al fin y al cabo). Todo apunta a que los entrañables abuelillos se lo debieron pasar genial; la química entre los cuatro se puede palpar, y, al fin y al cabo, la veteranía es un grado.

Eastwood y las nuevas tecnologías parece que se llevaron bien, y tras asesorarse en la ILM el director produjo la cinta más costosa en la historia de su Malpaso, pero siendo quién es, tampoco hablamos de grandes cantidades de dinero. A pesar de las escenas espaciales y la tecnología por ordenador, Space Cowboys es una historia de personajes y sentimientos, y no un blockbuster al uso. En este caso, la tecnología es un vehículo, y no el destino. Una lección que muchos directores actuales no debieran haber olvidado. Aunque si George Lucas ha perdido el norte, no sé que podemos esperar de las nuevas generaciones.

Resumiendo, Space Cowboys es la "space opera" particular de Eastwood, y un pequeño homenaje no sólo a los más veteranos trabajadores de Hollywood, sino a cualquier persona que se resista a jubilarse o a ser aparcado en un rincón sólo por tener más de sesenta años. Es, además, una entretenida película con muy buenos momentos, y con cuatro actores veteranos que no sólo interpretan, sino que casi juegan ante nuestros ojos. Resaltar por último la escena final de la película (¡ATENCIÓN! ¡PEQUEÑO SPOILER!): un en principio hecho dramático es reconvertido por el director en una preciosa y simpática escena con el "Fly Me To The Moon" de Sinatra de fondo, en lo que ha sido para mí una de los mejores finales que he presenciado en las películas de este nuevo siglo. Y es que Clint Eastwood lleva muchos años en esto y su artesanía está por encima de producciones en cadena. Si en vez de película hiciera zapatos, seguro que pagaríamos mucho más que 6 o 7 euros por ellos. Eso para los que aún se calcen de vez en cuando, claro.
En efecto: de mayor quiero ser Clint Eastwood.

publicado por Moebius el 19 febrero, 2008

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