El gabinete del doctor Caligari
Un buen día Berlín amaneció con posters en las paredes que rezaban una sola frase: Du mußt Caligari werden! (¡Debes convertirte en Caligari!). Los alucinados berlineses debieron de rascarse la cabeza intentando descifrar el significado de aquella frase. El 26 de febrero de 1920 el misterio quedó disuelto. Se estrenaba en la capital germana El gabinete del doctor Caligari.Como toda gran obra artística El gabinete del doctor Caligari ha suscitado estudios, críticas y teorías ofreciendo diversas interpretaciones sobre el trasfondo de su historia y su importancia dentro del cine europeo y mundial. Suele haber consenso en considerar a este clásico mudo como el inicio del movimiento expresionista alemán en el cine y la primera película de horror (o al menos el horror cinematográfico tal y como lo conocemos hoy) de la historia.
El productor Erich Pommer habría querido que Fritz Lang se encargara de rodar la extraña historia escrita por Hans Janowitz y Carl Mayer, pero ante la imposibilidad de que el creador de Metropolis se pusiera tras las cámaras el proyecto fue a parar a las manos de Robert Wiene. El historiador Siegfried Kracauer generalizó la teoría de que Janowitz y Mayer se habían basado en los horrores vividos en la Gran Guerra para parir un guión de tintes anti-sistema que el director Wiene acabaría pervirtiendo. Corrientes más modernas han desacreditado esos hechos. Fuera cierto o no, lo cierto es que la revolución de El gabinete del doctor Caligari no fue de corte político sino cinematográfico.
Robert Wiene, cuyo trabajo había sido al parecer bastante discreto dentro de la UFA, sorprendió a propios y extraños con un film que aunque no perdía de vista la comercialidad (¿algúna película la perdió alguna vez?) introdujo toda clase de elementos artísticos de las corrientes modernistas y construyó una narración con dos historias paralelas realmente intrincadas. Nunca deja de sorprenderme que un film tan antiguo pueda llegar a seguir teniendo vigencia hoy en día, pero así es. Resulta curioso ver que giros argumentales como los de El sexto sentido son tan viejos como el propio cine.
La trama de la película, someramente, es así: un tipo llamando Francis se encuentra sentado en el banco de un parque charlando con otro hombre. Cuando una bella joven que parece caminar en estado catártico, el joven se dispone a narrarle una historia sobre él y esa joven ocurrida tiempo atrás. Francis y su amigo Alan están enamorados de la bella Jane. Mientras dejan a su elección quién será el afortunado y se juran amistad eterna, un extraño hombre que se hace llamar Caligari pide una licencia para tener un puesto en la próxima Feria de la ciudad donde se mostrarán toda clase de inventos, artilugios y fenómenos.
Francis y Alan acuden a la Feria, mientras Caligari habla a las masas sobre su espectáculo: el caso de un sonámbulo llamado Cesare que llevaba durmiendo años y años. Ante el asombro general, el doctor Caligari anuncia que el durmiente despertará ante sus ojos y entonces podrán formularle cualquier pregunta. Cesare tiene todas las respuestas. Cuando el sonámbulo abre los ojos, Alan le interroga sobre la fecha de su muerte. Cesare le dice que morirá esa misma madrugada.
Cuando el terrible hecho finalmente sucede, un apesadumbrado Francis acude a darle la terrible noticia. Con otros extraños crímenes sucediendo en la ciudad, Francis, con ayuda del padre de Jane, tratará de averiguar la conexión entre Cesare, Caligari y los asesinatos. Más adelante, Jane, preocupada por la ausencia de su padre, acude al doctor Caligari. Éste la engaña para que entre en su particular barraca de feria, y allí será atacada por Cesare. A partir de entonces Francis tratará de desentrañar el secreto que se esconde tras Caligari y Cesare.
La mayor parte de la narración de El gabinete del doctor Caligari es, pues, un gigantesco flashback que a su vez contiene otra vuelta atrás en la línea temporal en las escenas en que Francis lee el diario de Caligari. A esa particular estructura narrativa hay que añadir toda esa atmósfera onírica y a la vez depresiva en que se mueve el film. Los decorados de clara influencia modernista son hirientes, cargados de hostilidad. Ángulos imposibles, esquinas afiladas, extrañas sombras y líneas retorcidas… parece como si toda la ciudad expresara la intranquilidad de Francis, mientras que por contra Caligari y Cesare pueden llegar a parecer por momentos extraños objetos en movimiento, árboles y rostros que en un tiempo fueran parte de la ciudad y ahora hubieran cobrado vida. Cesare, acompañado por las sombras, con ese extraño maquillaje que le hace parecer un bailarín retorcido de algún loco show de Alice Cooper, es el epítome de los villanos del género de horror. Desde el monstruo de Frankenstein al silencioso Michael Myers, todos guardan algún paralelismo con el inquietante sonámbulo.
Y es que El gabinete del doctor Caligari fue el primer paso de todo aquel movimiento expresionista que tanto influyó en los viejos clásicos de horror de la Universal, y por ende en la práctica totalidad de films de horror que se han rodado desde entonces. Janowitz y Mayer fueron los primeros en recoger la semilla de ciencia y horror plantada por Mary Shelley y la trasladaron al cine. Por decirlo así, El gabinete del doctor Caligari es al mito de Frankenstein lo que Nosferatu fue al del Drácula de Bram Stoker, sólo que la cinta de Wiene sí constituye una modernización de la figura clásica mientras que en la obra de F.W. Murnau la película se ajusta mucho más a la historia original. Y es que El gabinete del doctor Caligari va más allá del monstruo y el científico loco para jugar con el factor psicológico, elemento clave del film. Todo lo que ocurre en la narración de Francis, desde los maníacos decorados hasta los mismos rótulos (en la restauración de 1996 se trató de respetar los chillones rótulos originales), pasando por los personajes, especialmente los de Caligari y Cesare, depende de la psicología. Entrar en el mundo de este film es viajar al fondo de la psique, al inconsciente, al interior de la mente humana. Por eso, y por muchos otros motivos que ustedes deberán descubrir, El gabinete del doctor Caligari figura como una de las referencias ineludibles del cine clásico mundial.