Aquí, como en Dogville, lo chungo es comprender que podría haberte pasado a ti o lo que es peor, que puede que según que circunstancias tú reacciones de la misma forma. Lo llaman amoralidad.

★★★★☆ Muy Buena

Stuck

A pesar de tener una trayectoria que define el término irregular siempre debes tener en cuenta a un tipo como Stuart Gordon. El director de Re-Animator y Dolls  nos trae la mejor de sus películas recientes, superior a King of the ants y a Edmond, dos títulos interesantes pero mucho más fallidos que su penúltima propuesta, la brutal e inspirada en sucesos reales Stuck.

Para empezar destacaré el casting, que resulta perfecto y todos los personajes de la película son reconocibles: jóvenes con aspiraciones y mala cabeza, malas compañías, dolorosa realidad laboral, egoísmo, hijoputismo… la vida misma.

La forma de rodar no varía demasiado de sus trabajos, predominando la cámara al hombro, la mejor manera de contar esta historia y meter al espectador en la historia

Tom (formidable Stephen Rea) pierde su empleo, su casa y su dignidad no tiene más remedio que dormir en un banco del parque porque la vida, a pesar de que uno siempre tiene la opción de elegir, es una mierda que casi siempre da más patadas que abrazos. Mientras intenta conciliar el sueño la policía le aconseja que se acerque a un hospedaje para gente sin techo, a lo que no tiene más remedio que acceder.

Brandi (Mena Suvari, productora del film) es una joven enfermera que trabaja en una clínica y a la que probablemente, según su jefa,  acabe en poco tiempo como jefa de enfermeras.  Brandi está unida sentimentalmente a Rashid, un dealer de tres al cuarto que mantiene contentas a ella y a su amiga Tanya a base de todo tipo de drogas.

Para celebrar el posible ascenso deciden salir de marcha, aunque de no haberse producido la noticia probablemente el plan hubiera sido el mismo, y se meten en el pub de moda a meterse pastis y tomar copazos.

Y como esto es la vida real (insisto, la película reza un real basado en hechos reales) la chica, toda borrachuza y colocada ella, atropella a Tom, dejándolo incrustado en el cristal del coche. ¿Qué hace la muchacha? Pues tirar para casa cagando centellas con el pobre Tom, vivito y casi coleando ahí clavado.

A partir de ese momento la vida de Brandi se vuelve una pesadilla tan cruda como innecesaria (por su parte) al evitar socorrer a un pobre diablo que solo quiere ir al hospital.

Aquí, como en Dogville, lo chungo es comprender que podría haberte pasado a ti o lo que es peor, que puede que según que circunstancias tú  reacciones de la misma forma. Lo llaman amoralidad.

Supongo que por eso nos entra la risa floja cuando se desencadenan los acontecimientos y todo se vuelve, si cabe, aún peor y lo único que tienes que hacer es coger el coche e irte a tu casita.

Lo mejor: El estilo seco y directo y los actores.
Lo peor: Es muy golfa y el primer plano de la peli es bastante desagradable.
publicado por Kiko de España el 19 octubre, 2007

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