El Orfanato
Hace dos semanas, la Academia de cine hacía público que El Orfanato sería la película que competiría por el Oscar a la Mejor Película de Lengua no Inglesa. El debut de Juan Antonio Bayona no podía haber sido mejor, con la crítica internacional rendida a sus pies, con una distribución internacional extraordinaria, y todo ello refrendado con el apoyo de la Academia española.
Si el cine español está en crisis, desde luego ésta no afecta al terror, ya que es el género que más éxitos internacionales cosecha, tanto de crítica como de público. El Orfanato es el ejemplo más reciente de ello, aunque puede influir en cierta forma la presencia de Guillermo del Toro como productor. Lo primero que hay que decir de la ópera prima de Juan Antonio Bayona es que está hecha al estilo clásico, lo cual es muy de agradecer. Sin embargo, y tal vez en la búsqueda de ese aroma clásico, el film recuerda, en mayor o menor medida, a muchas películas anteriores, como La Residencia, Los Otros, El Espinazo del Diablo o Frágiles. Se nota claramente la mano de Guillermo del Toro en el resultado final, y dicen las malas lenguas que el montaje que finalmente verá el público es obra suya. Más que dar miedo, El Orfanato provoca aburrimiento entre el respetable, y algún que otro sobresalto efectista logrado por la habilidad de Bayona. La cinta, ni despierta el interés al principio ni logra mantener el suspense, ya que es muy previsible e incurre en numerosos tópicos del género. Técnicamente está muy bien hecha, pero esto no oculta los fallos e incoherencias de su guión. Por su parte, Belén Rueda no es capaz de llevar sobre sus hombros todo el peso de la película, y realiza una interpretación correcta aunque algo forzada.
El Orfanato es una mezcla de algunas de las mejores películas de terror hechas en España, y por sí sola, es una historia insípida y anodina. A los amantes más acérrimos del cine de terror les encantará El Orfanato, mientras que al resto les causará una gran indiferencia.