Un plan brillante
Dentro del cine de entretenimiento clásico, las películas inglesas de robos y atracos ocupan un lugar destacado por méritos propios. Algunas de ellas se decantaban más por la comedia que por el drama, convirtiéndose en auténticas joyas como Oro en Barras o El Quinteto de la Muerte. En la actualidad, este tipo de cine se ha visto relegado a un segundo plano hasta que apareció George Clooney y su carismática panda de timadores.
Un Plan Brillante ante todo es un divertimento dirigido por un cineasta de gran categoría y que cuenta con la participación de uno de los mejores actores vivos del planeta, Michael Caine. Con semejantes ingredientes, era bastante complicado que el resultado final fuera malo, y las expectativas por una vez se cumplen. La película consigue engancharte desde el principio, y lo que es más meritorio, logra mantener la atención hasta el final. Michael Radford guía con pulso firme el desarrollo de una historia intrigante y enrevesada sin artificios ni golpes de efecto gratuitos e innecesarios. El aroma a cine clásico que desprende el film es muy sugestivo, y forma parte del atractivo de la narración. El único pero que se le puede poner a la cinta es su desenlace, un final algo blando que en cierta manera desluce todo lo conseguido con anterioridad. Demi Moore cumple con su papel, y Michael Caine vuelve a ofrecer una clase magistral de interpretación.
En Un Plan Brillante, Michael Radford recupera el espíritu de aquellas películas inglesas de robos y atracos de los años cincuenta y sesenta. Recupera además un cine de entretenimiento que no insulta ni menosprecia al espectador, un tipo de cine sin pretensiones que hace pasar un rato agradable a la platea.