Un buen día lo tiene cualquiera
¡Qué buen contador de historias es Santiago Lorenzo! Una década después de Mamá es boba vuelve a los cines para contarnos la historia de dos personajes interpretados por dos serios candidatos al Goya: Arturo, un desgraciado que lo pierde todo (brillante Diego Martín) y Onofre (deslumbrante Juan Antonio Quintana), un anciano que participa en el proyecto “Segunda juventud” y que por 40 € mensuales proporciona “un hogar” a jóvenes que aportan mínimos cuidados.La peli es una tragicomedia extraterrestre que a pesar de estar llena de vitalidad resulta más amarga que dulce y confirma que Santiago Lorenzo tiene un talento extraordinario sin necesidad de presupuestos y con un guión interesante y un puñado de actores en estado de gracia hace posible el milagro.
Espero no tener que esperar otros diez años para ver su tercera peli.
Lo mejor: El director se mantiene fiel tras diez años.
Lo peor: Un par de cositas del guión.