Es increíble todo lo que ocurre en la película. Si te pones a pensar en la cantidad de cosas que pasan desde el primer al último fotograma, es para fliparlo. La cantidad de guiños, de bromas y sarcasmos.

★★★★☆ Muy Buena

Los Simpson: La Película

El momento en que Homer se levanta, cabreado, en mitad de una película protagonizada por Rasca y Pica y dice no entender por qué ha pagado una entrada de cine para ver algo que podía haber degustado gratis en casa, girándose hacia la cámara y llamando pringaos a todos los que estábamos en el cine, marca el estilo de una película divertidísima, simpática, ácida, mordaz y sinvergüenza, que es exactamente lo que siempre esperamos de la familia amarilla.

Yo no sigo habitualmente a los Simpson en la tele, con lo que no tenía muy claro si algo especialmente relevante había acontecido en Springfield en los últimos años que me condicionase el visionado de la película. Pero no. Todo parecía estar igual: Moe, Homer, Bart, la tontita de Lisa, la pragmática Marge, el detestable Burns, etc.

Por tanto, a gozar tocaba. A gozar viendo unos EE.UU. de txaranga y pandereta que, a los siempre lúcidos ojos de Matt Groening, por mal que esté, siempre puede ir a peor. ¿Los protagonistas? Además de los de siempre -que en un alarde de guión, salen todos- está el fastuoso y todopoderoso Presidente de los Estados Unidos, Arnie; y u sujeto tan preocupado por el medio ambiente que podría ser un paranoico trasunto de Al Gore.

Y el argumento versa, como no, sobre el tema estrella de todas las agendas del mundo mundial: el cambio climático. Mira que los pesados de los ecologistas llevan años y años dando la brasa con el calentamiento global, la capa de ozono y el deshielo de los polos. Pues ahora, de repente, ocupa el lugar más alto en las agendas de todo el mundo que en el mundo es –o pretende ser- alguien.

Y Groenning no pierde ocasión de meter el dedo en el ojo de tanto enrollao bienpensante, convirtiendo a Homer en un cuasiterrorista ambiental, a Springfield en una especie de poblacho del sur profundo americano, con sus akelarres y ahorcamientos. Hay una huída al paraíso perdido, una love story, una tremenda confusión de personalidad, el regreso del héroe…

Es increíble todo lo que ocurre en la película. Si te pones a pensar en la cantidad de cosas que pasan desde el primer al último fotograma, es para fliparlo. La cantidad de guiños, de bromas y sarcasmos.

Por ejemplo, ¿se ha comentado algo sobre el cartel que aparece en un momento dado, con la leyenda “Hillary 2008”? Y sin ningún tipo de crítica, un sencillo fotograma de publicidad subliminal.

Y, al final, pues todos tan contentos, alegres y festivos. La apuesta de trasladar la serie a la pantalla grande le ha salido bien a un Groenning que sigue en estado de gracia y que, posiblemente, verá reforzados los índices de audiencia de su serie en las televisiones de todo el mundo.

Se lo merecen.
publicado por Jesus Lens el 6 agosto, 2007

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