Aunque suene una cursilería, siempre que una película me hace soltar una lágrima sé que estoy delante de una obra de arte con todas las letras. Todos somos un poco Lester Burnham.

★★★★★ Excelente

American Beauty

“Mi nombre es Lester Burnham. Este es mi vecindario. Esta es mi calle. Esta es… mi vida. Tengo cuarenta y dos años. En menos que un año, estaré muerto.”

…Y así comienza una de mis películas favoritas, American Beauty. Una introducción sorprendente, sin duda alguna. Y es vital para la historia, creedme: al saber con tanta antelación el destino final del protagonista, todas las escenas son vistas desde otro prisma diferente que si no se nos hubiera desvelado nada mas iniciar la proyección este “detalle”.

American Beauty es una crónica de personas comunes, viviendo unas situaciones relativamente comunes y con resoluciones, si se piensan, también comunes: quizás ese es el secreto de su éxito, que tiene un mensaje universal al fin y al cabo. Por supuesto y muy incisivamente, la película se centra especialmente en el famoso “American Way of Life” que nos intentan vender por todos lados, con la típica familia idílica viviendo en un adosado del extrarradio, con trabajos bien remunerados y con hijos en edad adolescente…y que una vez abrimos a los ojos de los espectadores semejante universo, se convierte en algo dramático, melancólico, vacío y anodino. Se trata, por lo tanto, de una crítica feroz hacia dicho estilo de vida mediante todos y cada uno de sus personajes, los verdaderos tótems de la historia y en particular en Lester Burnham, nuestro protagonista, interpretado por Kevin Spacey y ganador de un merecidísimo Oscar al Mejor Actor(creo que pocas veces he estado tan de acuerdo con la academia de Hollywood que en este caso).

Lester, en plena crisis de la mediana edad, no es feliz en absoluto: Ignorado por una esposa controladora que sólo persigue el éxito y el reconocimiento social por encima de cualquier otra cosa y con una hija adolescente que lo odia, trabaja hace 14 años en una revista en la que siente que ha traicionado sus sueños de juventud. Pero todo cambia cuando aparece en escena Ángela, la amiga animadora de su hija y que, en medio de una pasión arrebatadora, lo “despierta” del coma en el que estaba viviendo en los últimos años…entonces decide que quiere vivir de una vez como el siempre ha querido y decide darse una nueva oportunidad. Lester va recuperando la autoestima a través de pequeñas victorias: por ejemplo, después de décadas incapaz de expresar sus sentimientos, consigue, en medio de una cena, decirle a su mujer todo lo que piensa de ella; o cuando consigue sacarle a su jefe una indemnización de 60 mil dólares por no desvelar que usó la Visa de la empresa para pagar servicios de prostitución.

La frase “Solo soy un Tio Corriente sin nada que Perder “, dicha cuando amenaza al superior con desvelar este incómodo secreto es una total declaración de principios respecto a lo que nos quieren mostrar Sam Mendes y Alan Ball( Director y Guionista, respectivamente). Pero la historia no sólo se resume a esta citada crisis de la mediana edad, el argumento no tiene piedad en mostrarnos todas las caras de la clase media americana: Dos vecinos gays(que irónicamente son los mas equilibrados de la película), los nuevos vecinos de la casa de al lado y sobre todo, la sombra constante de “mantener las apariencias” y que demuestra que ante esta triste sentencia muy en boga en estos tiempos que corren, todos tienen algo que ocultar. Aparte de todo esto y en mi opinión, el personaje de Lester Burnham es el gran responsable del éxito de la cinta: empieza en un letargo del que es imposible escaparse, continúa con un cinismo exquisito y termina con una serenidad absoluta.

Aparte del personaje interpretado por Kevin Spacey, podemos observar también a los otros componentes de esta obra:

Annette Bening como Carolyn Burnham realiza el papel de una mujer de mediana edad en la que su meta principal es conseguir éxito social y laboral, así como proyectarlo en todo su entorno y “emanarlo”(Fijaros bien en la frase con la que la “presenta” Lester Burnham con voz en off en primera persona ” Esta es mi esposa Carolyn, ¿Se han fijado en que el mango de las tijeras de podar hace juego con sus zuecos? Créanme, NO es por casualidad”)Con un marido al que desprecia, se ata a lo materialista, a lo que signifique aparentar logros delante de los demás: como ocurre con su marido, nos daremos cuenta que no es oro todo lo que reluce y que detrás de esa imagen proyectada, se esconde un universo interior lleno de miserias y de claroscuros.

Chris Cooper como el Coronel Frank Fitts(vecino de la familia) merece una especial mención: La aparente unidimensionalidad de su personaje acaba mostrándose como una máscara de los verdaderos y complejos sentimientos que pasan por su cabeza, siendo probablemente, el paradigma mas representativo de la cultura de “aparentar” un cierto modelo de vida y uno de los que da la “campanada” al final de la proyección.

En la parte que representa a la adolescencia tenemos a tres personajes muy definidos: Ángela, interpretada por Mena Suvari, típica joven que aspira a ser poco más que una modelo de cuarta fila auspiciada por sus “imaginarios” polvos con famosos fotógrafos para conseguir contratos en revistas de moda y que se convierte en el objeto de deseo de Lester; Thora Birch como Jane, la hija de nuestro matrimonio protagonista y con las inseguridades típicas de la edad(de nuevo la frase introductoria de Lester con voz en off es buenísima:Mi hija, Jane, hija única, Jane es la típica adolescente malhumorada, insegura, confusa… me gustaría decirle que se le pasará, pero no quiero mentirle) y Wes Bentley en el papel de Ricky Fitts, vecino e hijo del Coronel Frank Fitts y que se dedica a una doble vida: por un lado va al instituto y aparenta tener una vida normal de adolescente, por otro lado se gana la vida como camello de marihuana(con bastante éxito, todo hay que decirlo, como se puede observar en el filme)…y que cuyo disfraz de locura y de estar aislado del mundo lo que oculta es un alma de poeta y de sensibilidad: armado con su cámara de vídeo, gusta de capturar momentos en los que la belleza esté presente(el vídeo de la bolsa de plástico siendo llevada por el viento es uno de los momentos mas preciosos y metafóricos de toda la cinta, impagable).

En definitiva, una delicia a la hora de disfrutar de un par de horas de buen cine.No sólo está bien filmada y tiene unas excelentes actuaciones, sino que es de estas películas de las que uno/a se queda dándole vueltas a las diferentes situaciones que acaba de ver: al sentido de la vida, a la belleza de lo cotidiano, al cinismo y a la hipocresía de la sociedad respecto a muchos valores, a la ocultación de secretos respecto a esta doble moral que retrata toda la cinta…aparte, por supuesto, de ir acompañada de una banda sonora,a mi parecer, encomiable: minimalista, pero que te “mete” en la película y que llega a emocionarte en muchos momentos. Cada vez que la oigo, aunque no sea en la película, consigue adentrarme en todos los sentimientos que en ella se manejan.

Aunque suene una cursilería, siempre que una película me hace soltar una lágrima sé que estoy delante de una obra de arte con todas las letras, y puedo decir que con American Beauty no solo las solté (sobre todo al final), sino que percibí, como muestran los protagonistas, la belleza de lo cotidiano y lo simple, la doble moral que se intenta vender como muestra de un éxito que no todos tenemos y la liberación que supone desatarse de todo y vivir como a uno/a le apetece.
Lo mejor: Kevin Spacey moldea magistralmente a uno de los grandes personajes de la historia del cine, Lester Burnham.Música excelente,guión...¿Qué decir del guión?.
Lo peor: Que no dure eternamente.
publicado por Caty el 23 julio, 2007

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