28 semanas después
Hay algunas películas que por sí solas pueden revitalizar todo un género cinematográfico, o por lo menos un subgénero entero. Esto es lo que hizo Danny Boyle con las películas de zombies, o muertos vivientes, con su 28 Días Después. No sólo provocó un aluvión de nuevos trabajos que seguían en su línea, sino que alcanzó el súmmum, al dar pie a la divertidísima parodia de Zombies Party.Y con esos ingredientes, a los que había que añadir un gran éxito de crítica y público, se mascaba en el ambiente la aparición de una secuela. 28 Semanas Después es una segunda parte atípica, ya que no repiten ni el director ni los supervivientes del reparto original. Seis meses después de que el virus de la ira haya destruido al Reino Unido, la OTAN comienza su reconstrucción, y se establecen en el centro de Londres los primeros refugiados. Entre ellos se encuentra una familia que se vio separada por la crisis, y uno de sus miembros oculta un peligroso secreto. Para llevar a buen puerto la empresa se eligió al cineasta canario Juan Carlos Fresnadillo, ganador de un Premio Goya por Intacto, y nominado al Oscar al Mejor Cortometraje. Desde la primera escena salta a la vista, nunca mejor dicho, que esta secuela no está recomendada para estómagos sensibles, ya que es aún más truculenta, violenta y sangrienta que su predecesora. El guión tiene más lagunas que la región de Ruidera, y como muestra ahí queda la secuencia en la que Robert Carlyle busca a Mary McCormack en una instalación militar de máxima seguridad. Por no hablar de algunos elementos, que más que miedo dan auténticos ataques de risa. De hecho, toda la trama se podría resumir en la siguiente frase, que debe ser interpretada con el máximo, sarcasmo y recochineo: “venid hijos, que papá os quiere dar un abrazo…”. A Fresnadillo se le notan los casi seis años de inactividad, ya que ha perdido el dominio del lenguaje cinematográfico que le caracterizaba en sus anteriores trabajos, y ofrece una dirección monótona, con un ritmo apático y cansino. De los actores, sólo se salvan de la quema Robert Carlyle y Rose Byrne, pero el que se lleva la palma es el niño repelente, Mackintosh Muggleton; sin duda, una gran mayoría de espectadores deseará a su personaje un funesto y trágico final.
28 Semanas Después no es más que otra fallida e innecesaria secuela, cuyo argumento a veces parece de chiste, y que no tiene ni pies ni cabeza. Lo peor de todo es que ya nos podemos ir preparando, si la taquilla no lo evita, para una tercera entrega, que en un alarde de originalidad se llamará probablemente 28 Meses Después.
Lo mejor: Robert Carlyle y Rose Byrne.
Lo peor: Que haya 28 Meses Después.