Shrek Tercero
Las responsabilidades de la vida conyugal han llegado al tranquilo mundo de Shrek, para quien su única preocupación era tener algo sabroso que llevarse a la boca y una buena charca de barro donde darse un baño. El sapo-suegro del ogro más famoso del reino ha muerto y a Shrek no le queda más remedio que buscar un heredero al trono si no quiere acabar con cetro y corona a juego. La aventura que se le plantea no es tan sencilla, ya que el susodicho heredero es un adolescente pardillo que puede que le de más quebraderos de cabeza que gobernar el reino de Muy, muy lejano, tan parecido a Sunset Bulevard. En el camino tendrá que enfrentarse a Encantador, empeñado en ocupar un trono que no le corresponde, y a toda su prole de renegados de cuento.Pero el primo pardillo y la viva imagen de un anuncio de champú no serán la mayor preocupación del ogro, quien, por arte de magia (otros lo llamarían ley natural) va a ser papá. Algo que le tiene acongojado. Menos mal que siempre puede contar con la inestimable ayuda de sus dos lacayos favoritos, el Gato con botas y Asno. ¿Y Fiona? Pues la embarazada mujer de Shrek, lejos de quedarse en palacio haciendo calceta mientras espera a que su amantísimo esposo vuelva con el heredero, se mete a guardiana del reino en su ausencia. Eso sí, cuenta con la bienintencionada colaboración de las otras princesas de cuento. Léase Rapunzel, Cenicienta, Bella Durmiente…
Bajo el título de Shrek Tercero llega la tercera (valga la redundancia) aventura del ogro verde, a quien el matrimonio no le ha sentado tan bien como era de esperar. Y es que nuestro ogro ha perdido parte de su chispa para dejar paso a una especie de sensiblería que desentona con su aspecto. Este nuevo capítulo de su vida resulta demasiado ñoño para mantener el tono gamberro de sus predecesoras, aunque siga teniendo su gracia. Tanto quebradero de cabeza por si será un buen padre para sus retoños o los ojos golosos con los que mira a Fiona rompen un poco la magia del cuento anti-tradicional que siempre se nos quiso vender.
Pese a todo, el producto resulta. Los gags clásicos siguen teniendo su gracia (“mejor fuera que dentro” ya forma parte de nuestro vocabulario) y hay algún que otro nuevo que merece la pena ser repetido. En cuanto a los personajes, son los mismos con alguna que otra incorporación como las princesas de cuento o los malos (capitán Garfio, la madrastra…). Para terminar, sólo hacerles una recomendación: vean la versión doblada. El doblaje de Asno por parte del moreno de Cruz y Raya supera, con creces, al de Eddie Murphy. Ni punto de comparación. (M. J. A.)