Crónicas
Irregular segunda película de su director, quien para denunciar al poder de la prensa, de los periodistas, y más concretamente de la televisión, siempre manipuladora, se basa en un suceso real ocurrido años antes.Y lo hace con un comienzo tremendo, durísimo, el intento del linchamiento. Luego se aplaca todo y comienzan las argucias de los dos protagonistas, argucias siempre basadas en la mentira y la manipulación. Todo ésto, alcanzará a los compañeros del reportero, personas honestas que desean se sepa la verdad. Pero el otro, aunque desea lo mismo, también desea el éxito, llegar hasta el final. Y peligrará la verdad, peligrará con su acción la tranquilidad y paz de las buenas gentes del lugar y de otros lejanos.
Está bien reflejado en el film, aunque quizás haya momentos en que, sin que decaiga el interés, sí baja la intensidad. Y es que con un comienzo tan potente, lo normal es que se baje luego. Algo peligroso y que no siempre sale bien.
Esforzadas interpretaciones, con un John Leguizamo hablando bastante bien el español, un español que tuvo que aprenderlo bastante deprisa pues desde los tres años vive en Los Estados Unidos y su idioma natural es el inglés.
Damián Alcázar vive su papel con la solvencia que le caracteriza y nuestra Leonor Watling está tan natural como en ella es habitual.
Una interesante película que no alcanza todos sus objetivos, pero que mejora la primera obra de su autor e invita a la reflexión.
Lo mejor: Su tremendo arranque, con la intensísima escena del intento de linchamiento.
Lo peor: Su ritmo irregular y algunas perogrulladas, que resultan obvias aunque no esté de más que se nos recuerden.