Un engaño de lujo
Hay pocos géneros cinematográficos tan trillados como la comedia romántica, ya que son películas teóricamente sencillas de producir, baratas, y que por lo general funcionan bien en taquilla. Otra cosa es que los guionistas repitan el mismo esquema hasta la saciedad y no ofrezcan ni una pequeña novedad. La culpa no es suya, que por lo menos algunos lo intentan, pero en la comedia romántica ya está todo hecho.Jean (Gad Elmaleh) trabaja como camarero en un gran hotel de la Costa Azul francesa. Una noche conoce a Irène (Audrey Tautou), una bella cazafortunas de la que se enamora. Consigue conquistarla al fingir ser un rico heredero, pero cuando Irène descubre su verdadera identidad lo rechaza. Jean no se da por vencido, y para reconquistarla decide invertir todos sus ahorros para intentar mantenerla. Los primeros minutos de Un Engaño de Lujo no hacen sino augurar el peor de los desastres, pero hacia la mitad la película se transforma y remonta hasta convertirse en un aceptable producto de entretenimiento. El guión no es el colmo de la originalidad, aunque si hubiera arrancado a partir de la premisa de los dos caza-fortunas, la cinta habría ganado notablemente. Los momentos cómicos hay que buscarlos con lupa, aunque hay un par de escenas realmente divertidas que son la excepción que confirma la regla. El film evidencia una flagrante carencia de ritmo, fundamental en cualquier comedia, aunque afortunadamente Pierre Salvadori no da muestras de sadismo al no recrearse en los momentos románticos. En cuanto a los actores, Gad Elmaleh eclipsa totalmente a una Audrey Tautou que realiza una interpretación sosa, anodina y poco convincente. De hecho, es más fácil imaginarse a Joan Laporta subido en la Cibeles festejando el título de Liga del Real Madrid que a Audrey Tautou como una taimada y seductora cazafortunas.
Un Engaño de Lujo afortunadamente no es la típica comedia romántica, aunque posee la mayoría de las carencias propias del género, que sin embargo podría haber sido una película divertida y amena.
Lo mejor: La segunda mitad de la película.
Lo peor: Los primeros cuarenta minutos de la misma.