Segunda piel
Pequeña historia contada con todos los matices posibles, con una sólida tarea actoral y de dirección. Elena (la siempre excelente Ariadna Gil) está felizmente casada con Alfredo (Jordi Mollá) un prestigioso ingeniero aeronáutico. Comienza a darse cuenta que las cosas están cambiando al toparse con la cuenta de un hotel en el bolsillo del pantalón de él. Lo que ella nunca puede imaginar que la lucha deberá ser con Diego (Javier Bardem), que completa este triángulo amoroso. Un triángulo de mentiras y falsedades varias.El director Gerardo Vera (Una mujer bajo la lluvia, La Celestina) en ningún momento emite juicio sobre ellos, deja que fluyan los personajes mediante los diálogos y nos conduce con sobriedad y buen gusto, a revelarnos los sentimientos de cada uno de ellos. Ya en la primer escena, una de cama bien resuelta entre los dos hombres, nos anticipa como viene la historia y su tratamiento.
Todo comienza a complicarse por la indefinición y desorientación de Alberto, comenzando una serie de engaños que inspiran desconfianza y dolor en sus dos parejas. Grandes actuaciones de los tres, considerados en España casi los mejores exponentes de su generación.
Punto y aparte para Bardem: Depresivo y lisiado en Carne Trémula. Poeta gay en Antes de que Anochezca. Guarro hiper violento en Perdita Durango. Aquí, traumatólogo homosexual y reprimido. Todos papeles tratados con la misma intensidad y credibilidad, haciendo sólidos personajes y a veces siendo estereotipados en demasía. No me equivoco al decir que estamos ante uno de los mejores actores del mundo del momento.
Cecilia Roth haciendo de comodín de las películas españolas oscarizables, sin peso en el relato ni en el film, casi como un simple cameo. La banda sonora es demasiado melodramática y reiterativa, recargando y subrayando lo que muestran las (buenas) escenas.
El final si se quiere es un tanto previsible, moralizador y concesivo, cerrando eso si un film sin golpes bajos y sin arruinar una buena realización.