A pesar de sus fallos, Piratas del Caribe: En el Fin del Mundo es una película de aventuras aceptable, que entretiene más que aburre, y que hará las delicias de los admiradores de esta popular saga.

★★☆☆☆ Mediocre

Piratas del Caribe: En el Fin del Mundo

Por fin ha llegado el día en el que se desvelará uno de los desenlaces más esperados de los últimos tiempos. No, no nos estamos refiriendo a quién será el próximo campeón de Liga, sino al desenlace de una de las trilogías más taquilleras de todos los tiempos, Piratas del Caribe. Los bucaneros más famosos del cine contemporáneo desembarcan por fin en la ribera de los cines españoles para ofrecernos la que será su última aventura … ¿o no?

Esta tercera aventura comienza donde se quedó la anterior, con la muerte de Jack Sparrow y El Holandés Errante en manos de la Compañía de las Indias Orientales. El Capitán Barbossa (Geoffrey Rush), Will Turner (Orlando Bloom) y Elizabeth Swann (Keira Knightley) parten hasta el fin del mundo para rescatar del Reino de Davy Jones (Bill Nighy) al intrépido Jack Sparrow (Johnny Depp). Con la ayuda de Jack Sparrow, los piratas de todo el mundo podrán hacer frente a Lord Cutler Becker (Tom Hollander) y al temible El Holandés Errante. Ante todo, hay que decir que Piratas del Caribe: En el Fin del Mundo está más en la línea de la primera entrega que de la segunda (bodrio de proporciones bíblicas), lo cual es muy de agradecer. Esta película tiene un ritmo más pausado, hay menos maremagnum visual, y el guión y los personajes están más pulidos con respecto a El Cofre del Hombre Muerto. Pero no le podemos pedir peras al olmo, ya que la frescura e innovación de la película original (y de la que no se deberían haber hecho más, al menos en el sentido artístico) brillan por su ausencia.

Para demostrarnos esa nueva profundidad de guión, Gore Verbinski nos ofrece una cinta que roza las tres horas, lo cual provoca momentos de soberano aburrimiento entre el respetable, especialmente en su parte central. En la historia hay muchas vueltas de tuerca forzadas e innecesarias, lagunas argumentales, y momentos pseudo-dramáticos que bordean lo esperpéntico. Por no mencionar algunas secuencias verdaderamente ridículas e infumables de su última hora, comenzando por el propio desenlace. Ya que hablamos del final, un aviso para navegantes: tras los títulos de crédito hay una “escena sorpresa”, si es que hay algún valiente que aguante hasta entonces. El apartado técnico está muy bien cubierto, aunque sigue chirriando la tripulación de El Holandés Errante, y la última hora es digna de elogiar, técnicamente hablando. Desde aquí aplaudimos la decisión de recuperar el personaje de Barbossa, lo cual nos da la oportunidad de volver a deleitarnos con el genial Geoffrey Rush y sus enfrentamientos con el no menos genial Johnny Depp. Orlando Bloom sigue tan soso como siempre, mientras que Keira Knightley cumple a la perfección al sacar adelante con total dignidad un personaje cada vez más deteriorado y menos agraciado (tanto interpretativa como físicamente).

A pesar de sus numerosos e importantes fallos, Piratas del Caribe: En el Fin del Mundo es una película de aventuras aceptable, que entretiene más que aburre, y que hará las delicias de los admiradores de esta popular saga.
Lo mejor: Johnny Depp y Geoffrey Rush.
Lo peor: Una duración excesiva y un guión bastante endeble.
publicado por Francisco Bellón el 23 mayo, 2007

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