300
Siempre es un reto trasladar las joyas comiqueras de Frank Miller a la pantalla grande, tanto por su gran y ostentoso estilo gráfico como por su no-color y sus buenos guiones. 300 es un comic del 98′, posterior a su famosa Sin City del 91′. Hasta las producciones que no lo nombran –Daredevil, Batman– tienen su impronta. Pero una cosa es la adaptación de un comic y otra muy distinta el lenguaje del cine. Ya quedó demostrado en la irregular Sin City (Rodríguez, 2005).300 es fiel al original de Miller (hay cuadros calcados), pero es mastodóntica por su rigidez a causa de ser filmada casi totalmente con pantalla azul de fondo, por su pesadez oral, por llevar la cámara lenta de Matrix a límites insospechados (creo que duraría 30 minutos menos sin ella). ¡Hasta la escena de sexo esta en cámara lenta! La fotografía es tan impresionante como la de Sin City, fastuosa y monocromática, pero que termina por ser anecdótica por el peso de un guión con frases “épicas” a repetición.
La batalla de la Termópilas y su veracidad no están en discusión (es una versión del comic, no sobre la historia real), pero Snyder no se priva de poner los monstruitos que tan famosos fueran luego del señor de los anillos. Digamos que dentro de su género, sería más honesta que Gladiador (2000) y menos pasional que la Alejandro Magno de Oliver Stone (2004).
La intención política también mezcla un poco los tantos, en una historia que muestra exaltados los valores de la sociedad espartana, militarista y autoritaria. Allá ustedes con las verdaderas intenciones yankis y de la película misma. ¿O es hilar demasiado fino?
La crítica en el norte la trato de fascista, de la película más gay de la historia, de un baño de sangre al cuete. No es para tanto. La gente la convirtió en la más vista en los EEUU. Es decir, la misma historia de siempre. Convengamos que no es un plomo tampoco. 300 se deja ver, tiene la acción necesaria y también actuaciones monocordes, vestuario y cuerpos masculinos irreales, batallas interminables en ralenti y resulta risueña y caricaturesca por momentos.
En fin, el tema es que el film después de su visión, se convierte en una verdadera lástima por lo que pudo haber sido.