Tuya Siempre
Mal se empieza con una película si a los cinco minutos uno tiene la sensación de algo ya visto rondándole por la cabeza. Un buen perro viejo, cinematográficamente hablando, es capaz de oler esa desagradable sensación incluso con sólo leer una pequeña sinopsis de la historia. Y lo cierto es que Tuya Siempre, que supone el regreso al cine de Manuel Lombardero diez años después de En Brazos de la Mujer Madura, es un ejemplo que ilustra a la perfección nuestra teoría.Se trata de una historia que retrata los bajos fondos de una ciudad española a mediados de los años ochenta. Lola (Flora Martínez) y Alfredo (Rubén Ochandiano) son una pareja que sobrevive llevando a cabo pequeños robos. Cuando la policía detiene a Alfredo, éste conoce a César (Andrés Gertrúdix), quien agradecido por ayudarle en la celda le consigue un trabajo en un local de jazz a Lola. En ese local se dan cita un gran número de personajes inquietantes, como Horacio (Nancho Novo) o Manuel Gay (José Coronado). El mayor defecto de Tuya Siempre es la falta de originalidad y frescura de su historia. El guión cae en numerosos tópicos, y el film está lleno de situaciones ya muy trilladas. Sin embargo, la película está bien armada, posee un sólido empaque, y tiene algunos buenos momentos, como si fueran pequeños oasis para los espectadores avezados.
Merece una mención especial la brillante fotografía de José Luis Alcaine, que dota a la película de la textura indicada para su historia y su música. Lo mejor de Tuya Siempre son las interpretaciones de un reparto brillante en el que destacan Flora Martínez, Nancho Novo (más que merecido su premio en Málaga) y José Coronado.
Lo mejor: Flora Martínez, Nancho Novo y José Coronado.
Lo peor: Los tópicos en los que cae el guión.