El hombre del carrito
Espléndida película de Hiroshi Inagaki, el de los “Samurais”, llena de virtudes, tanto cinematográficas, como humanas.Es divertida y emotiva a la vez, logrando que el espectador viva las andanzas del protagonista como propias, a pesar de su rudeza e ignorancia.
Unos personajes entrañables en su desbordante humanidad, que deben vivir cotidianamente en paz, siendo dignos y honestos, a través de los años (estamos a comienzos del siglo XIX).
Excelentes interpretaciones, donde sobresale, una vez más, el gran Toshiro Mifune, un gigante de la composición dramática, perfecto en su intensidad y en su contención.
Momentos como la carrera de resistencia, o cuando toca el tambor de Gion, son maravillosos, así como la bellísima fotografía y el impecable y precioso vestuario.
Un relato de amor imposible que acongoja desde el principio hasta el final, inolvidable. Una lección de excelente cine.
Este filme logró el León de Oro en el Festival de Venecia de 1958.
Lo mejor: Su intensa humanidad.
Lo peor: Que hoy en día me temo esté ya olvidada.