Brokeback mountain
Por fin he podido ver “Brokeback Mountain”, la laureada y alabada película de Ang Lee. El film que todo el mundo esperaba tras triunfar en el Festival de Venecia, en un gran numero de premios de la crítica estadounidense, en los Globos de Oro y casi con toda seguridad en los Oscars, si nada ni nadie lo remedia. “Brokeback Mountain” me parece, desde ya mismo, la película más sobrevalorada que ha dado el cine en los últimos años. Y más que me lo parecerá si consigue la máxima estatuilla.El visionado de esta película de paisajes y pastores, me ha defraudado. Y que conste que he juzgado a este terreno vedado de la manera más objetiva posible, sin atenerme a la gran cantidad de premios que le han otorgado hasta la fecha y sin pararme a pensar lo que representa a mi juicio la carrera del realizador Ang Lee.
El director taiwanes tiene hasta la fecha una soprendente filmografía, tan dispar como imprevisible, capaz de hacer “Sentido y Sensibilidad” y “La tormenta de hielo” y al mismo tiempo ese arrebato marcial que era “Tigre y Dragon” o una cinta de superheroes para el sistema hollywoodiense como “Hulk”.
Y es que Ang Lee demuestra no tener ese poder que tiene Clint Eastwood para contar historias sensibles, con extrema lentitud y que te parezcan maravillosas. Y eso que aquí lo intenta, pero consigue que esta historia de amor entre los dos vaqueros sea tediosa, insufrible y larga. “Brokeback Mountain” narra una historia de amores incomprendidos, de amores imposibles.
Eso ya lo he visto muchas veces antes y con una mayor pasión e interés en un gran numero de películas. Citaré un ejemplo, en el cual no me alejo de lo rural, de la época de ambientación y del ritmo; “Los puentes de Madison” de Clint Eastwood, que me parece clave, como comparación a la hora de juzgar definitivamente como obra mayor a la cinta de Lee. Solo algunas miradas entre Meryl Streep y Clint Eastwood en esta película ya contienen mayores dosis de pasión que las dos horas y cuarto de los vaqueros de la montaña.Y es que independientemente de que “Brokeback Mountain” sea una historia homosexual, heterosexual o lo que sea, es ante todo una historia de amor que no transmite ni un ligero sentimiento al espectador.
La historia de “Brokeback Mountain” nunca llega a enternecer porque en ningún momento consigue transmitir ese caracter de relación que, en parte, no llega a ser consumada por cuestiones o prejuicios sociales. Las pocas pinceladas que da Ang Lee, sobre el miedo que pueda existir en los personajes sobre la relación, son escasas para convencernos.
Además los protagonistas estan sumamente flojos en sus interpretaciones. Ledger y Gyllenhall están inexpresivos. Nunca sabes que están pensando, cuales son sus intenciones, y no basta con poner cara de cabreado o de enojado. Enormemente flojos en sus papeles. Solo salvaria a la sumisa esposa, Michelle Williams, que tiene el mejor plano de la película, cuando descubre a su marido besandose con Jake Smith.
Como igualmente flojo es su guión, muy plano, que esboza apenas unas notas de todo este largo metraje que transcurre entre ovejas, montañas y encuentros esporadicos, sin desarrollar ninguna de las subtramas, sin que ninguna de ellas capte la atención. La labor, por tanto, es totalmente de la dirección, que pone en la practica esta escasa teoria que ofrece su guión, alargando lo más posible los encuentros de sus protagonistas, que se repiten una y otra vez para tedio del espectador.
Y es que cuando los paisajes te parecen más bonitos e interesantes que la historia de amor que se esta contando, es que algo no funciona. Falla la pasión, falla la emoción, falla lo conmovedor. Y eso es sumamente importante en una película a la que se le está otorgando el calificativo de obra maestra con suma facilidad.
“Brokeback Mountain” me ha sabido a poco, incluso a película desaprovechada. Cierto es que Ang Lee no pretende hacer un alegato en favor de la homosexualidad, solo contar una historia romántica, pero si que apunta algunas pequeñas pinceladas de la no aceptación social que nunca llega a rematar. Da la sensación de que por momentos ha querido dar una mayor vida a la película, introducir nuevos y posiblemente interesantes pasajes (como el del suegro de Jake Smith), pero termina siendo preso del guión, del relato y de la escasa garra de la relación en que se basa única y exclusivamente esta película. No es que la película del taiwanes afincado en Hollywood no tenga nada a su favor, solo la intención de narrar una historia romántica con un corte clásico ya le da algún punto a su favor, en estos días que corren. Otra cosa es que la haya sabido aprovechar o plasmar con lo suficiente intensidad en la pantalla, que no es el caso.
“Brokeback” es de esa películas en las que su música te parece maravillosa o cansina, su fotografía y parajes pretenciosos o preciosos, su historia sublime o vacia, sus interpretaciones nulas o geniales, su guión perfecto o abultado. Para mi, estos terrenos vedados, estaran hoy más sobrevalorados que ayer, pero menos que mañana.
Lo mejor: No deja de ser una historia romántica con un corte clásico.
Lo peor: Interpretaciones inexpresivas, música cansina, fotografía pretenciosa, historia vacía.