Después de esta película entró en un bache creativo del que ya no pudo recuperarse
Parece que existe una regla general en las películas, que asegura que con un mal guión como punto de partida, es imposible rodar algo bueno. Comparto la frase, pero pondría a “Marnie, la ladrona” como una excepción: un guión de suspense del montón que con el buen hacer de Hitchcock detrás de la cámara, se convierte en algo bastante interesante. La historia es predecible, a ratos plana, pero que en cambio tiene una (o varias) sub-tramas de perversión sexual geniales.
La primera y mas evidente es la que el personaje de Sean Connery, más que el rol de galán protector estilo Pigmalion (o Pretty Woman, que viene a ser lo mismo), en realidad es un niño bien que le excita alguien tan lejano a su mundo como una ladronzuela. Además la chica tiene un punto de sofisticación e inaccesibilidad que seguramente sólo hagan echar leña al fuego de su pasión. Ello explica su comportamiento en toda la película bastante mejor que si hubiera sido una especie de padre para ella, sólo dispuesto a reconducirle en la vida. La segunda y más rebuscada es que Marnie no soporta a los hombres (por razones que se desvelan en la película) y desvía sus atenciones sexuales hacia los caballos. No hablo de zoofilia, sino simplemente que su subconsciente encuentra el sustitutivo del sexo en montar a caballo. Y no parece que sea algo que Hitchcock pretenda ocultar; la vemos montando a caballo varias veces, acariciando a caballos, apostando en el hipódromo… Está obsesionada. Tenemos entonces a dos protagonistas mucho más interesantes por lo semi-pervertidos, que aunque la trama sea un poco facilona, en el subtexto da mucho de sí.
El trabajo del director es admirable como no podría ser de otra forma tratándose de Hitchcock. Hace una buena dirección de actores, que apoyados en sus secuencias planificadas milimétricamente dan mucha calidad al producto. Un detalle que me llamó mucho la atención son los descarados dobles fondos, que en otras películas del inglés brillan por su ausencia. No debían de andar muy bien de dinero en aquella época en la productora. Pero lo menos bueno (repito) es el guión. Personajes secundarios de cartón, diálogos muy poco brillantes, un par de puntos muertos… Cuentan que después de esta película entró en un bache creativo del que ya no pudo recuperarse, pero no era para tanto. Está claro que falla en muchas cosas, pero no es ni mucho menos una mala película, aunque la sombra de Encadenados o Con la Muerte en los Talones es alargada.
publicado por
Raccord el 25 junio, 2006